Tratamiento para la lujuria 2





ADICCIÓN A LA PORNOGRAFÍA Y LA MASTURBACIÓN: el gran reto de los engramas mentales



Lo primero que hay que comprender es que la pornografía es un método heterodoxo de relajación, se le emplea para contrarrestar estados de estrés y cansancio mental, aunque es obvio que poco funciona para lograr con efectividad tal cometido, también es un sustituto de la intimidad para aquellas personas que son oprimidas por vacíos afectivos. 

La masturbación es similar a lo anterior, está conectada intrínsecamente a ella y se podría decir que es la consecuencia final de dicha acción, pues el sexo con uno mismo es una gran válvula de escape para liberar las tensiones emocionales. Cuando se ha desencadenado el sistema cerebral de la excitación este no puede ser detenido con facilidad, y es por eso que el deseo de experimentar el orgasmo resulta irresistible cuando se ha visto material pornográfico, hay que recordar que el cerebro es el principal órgano sexual del cuerpo humano, y que toda acción brota de la imaginación, así que alimentar la imaginación, o proporcionar datos a la mente es el paso esencial para experimentar sentimientos y realizar determinadas acciones.



Lo segundo es saber definir el objetivo que se persigue, mucha gente se equivoca y pierde el tiempo fantaseando con la idea de abandonar la adicción a la pornografía y la masturbación abruptamente, como si se tratase simplemente de chasquear los dedos y ¡kaboooom!, o como si fuera algo que desaparece de un día para otro con tan sólo hacer un simple propósito de cambio de sentimientos-deseo-conducta. 

Mucha gente debe entender que la superación de un hábito conlleva la necesidad de modificar la estructura del cerebro, pues los hábitos de pensamiento y conducta se asientan en la materia gris, son conexiones sinápticas que han adoptado la forma de respuestas automáticas a los estímulos del medio, se han creado como consecuencia de la repetición reiterativa y han adoptado la forma de sólidas autocreencias personales; de manera que cada vez que el individuo procese una idea asociada con una imagen-sensación-olor-sonido de índole sexual o de contenido afectivo-sexual se va a activar esa conexión neuronal y de forma automática se dará la respuesta en términos de acciones específicas habituales.



Esto se conoce en neurociencia como ENGRAMAS MENTALES o registros en la mente reactiva, son cuadros mentales que contienen diversos datos almacenados de manera inconsciente, hablando propiamente del caso de las adicciones, se considera que estos son engramas mentales que contienen además de dolor e inconsciencia, una amenaza real o imaginaria contra la supervivencia. 

No está al alcance de la mente analítica como experiencia porque el engrama, precisamente, se recibe cuando la persona está inconsciente. Este tipo de engrama es la única fuente de las aberraciones, las enfermedades psicosomáticas e incluso las conductas que llevan a la persona a comportamientos agresivos y autodestructivos. 

El mecanismo del engrama es similar al mecanismo de la sugestión hipnótica, la diferencia entre un engrama y una sugestión hipnótica radica en que el engrama, por definición, siempre contiene dolor físico o emocional, y la sugestión hipnótica por lo general no, ya que la persona se presta voluntariamente a ser hipnotizada.


"Dentro de cada uno de nosotros existe un vasto almacén mental en el que hemos ido depositando los sentimientos, las sensaciones y las experiencias del pasado, tanto las que conciernen a los fracasos como a los éxitos. Igual que las cintas magnéticas de la grabadora, estas experiencias y sensaciones han ido grabándose naturalmente sobre las circunvoluciones nerviosas de la materia gris. Hay grabaciones de historias que terminan felizmente y otras que concluyen de un modo asaz desgraciado. 

Las unas son tan verdaderas como las otras y tan reales son aquéllas como éstas. La neurona constituye el grabado general, del cual es también parte y adopta algunas de las características de las grabaciones sucesivas –de las cuales ella misma se hace parte- y al hacerlo así, cambia en cierta forma la grabación original". (Maltz, Maxwell. Psychocybernetics, Prentice-Hall Inc., New Jersey, 1960)



Este hecho es fundamental tenerlo en cuenta para lograr una verdadera comprensión del fénomeno adictivo. A causa de que hayamos padecido diversos traumas y experiencias desgraciadas durante la infancia o tengamos muy desarrollados esos engramas mentales de adicción, los cuales están grabados en el cerebro, no tendremos por qué estar, no obstante, a la merced de esas grabaciones ni tampoco temer a que nuestra conducta haya sido ya establecida, o se haya predeterminada o vaya a permanecer inalterable.

Nuestras ideas actuales y nuestros hábitos mentales del presente, así como nuestras actitudes hacia las experiencias del pasado y con respecto a las del futuro, todo ello manifiesta poderosa influencia sobre los “engramas” grabados. Así, pues, lo antiguo puede transformarse, modificarse y substituirse mediante nuestras ideas del presente.


¿Qué se puede hacer respecto a modificar esos engramas cerebrales de adicción? Es quizá la pregunta que todos nos hacemos, pues la respuesta es tan simple como la pregunta: a cuanta más actividad sea sometido un “engrama” dado, o se le “repase” más, éste habrá de adquirir mayor potencialidad.


La permanencia de los “engramas” se deriva de la eficacia “sináptica” (la eficiencia y facilidad de las conexiones entre las neuronas individuales que forma la cadena), y que, ulteriormente, la eficiencia sináptica mejorará con el uso y habrá de disminuir con la falta de empleo.

Aquí, pues, volvemos a disponer de un magnífico campo científico que nos facilita el olvido y la ignorancia de estas infortunadas experiencias del pasado, para que nos podamos concentrar en otras experiencias más felices y agradables. Si la hacemos así, reforzaremos los “engramas” que tengan que ver con el suceso y la felicidad, y debilitaremos, al mismo tiempo, aquellos otros que se relacionan con la desgracia y el fracaso.


En otras palabras, un engrama negativo se puede sustituir por un engrama positivo, el poder del engrama radica en la frecuencia de uso que se le de. Ante el engrama de la adicción a la pornografía y la masturbación hay que realizar una modificación paulatina, hay que trabajar fuertemente en identificar los estímulos del entorno que funcionan como activadores, al igual que los distintos pensamientos automáticos que le siguen y que son los detonantes de las distintas actitudes mentales que son la expresión del engrama y que consecuentemente dan vida a las respuestas conductuales.

Para disminuir la frecuencia de las caídas es necesario ante todo reemplazar los viejos cuadros mentales potenciadores del engrama, dichos cuadros se sutituyen por otros que sean generadores de alegría, satisfacción y placer por la vida, y que permitan al individuo encaminarse positivamente por la senda de sus objetivos de crecimiento personal y autorrealización.


En la imaginación constructiva yace la clave para la modificación de los engramas, se puede revivir la alegría de experiencias pasadas o visualizar vívidamente el armonioso y exitoso futuro que deseamos conquistar, igualmente es muy apropiado hacer virar los mismos estímulos desencadenantes del engrama hacia el lado opuesto, es decir, si algo negativo ha acontecido en el entorno y vemos que nuestros mecanismos cerebrales están desencadenándose hacia el lado de la activación del impulso sexual, es apropiado usar esa situación para implementar un cuadro mental que permita la adquisición y fortalecimiento de un engrama positivo destinando a contrarrestar el poder del hábito y que sea al mismo tiempo un generador de otro hábito, de manera que con el tiempo los viejos engramas pierdan su poder a raíz de haberse convertido en activadores de imágenes-sensaciones-sonidos y respuestas conductuales positivas.


Hay que tener presente que la disminución de las caídas es un factor motivante para lograr modificar los engramas de adicción, las caídas en sí no son el problema, el verdadero problema es la permanencia de tales engramas que son en verdad la única fuente del problema, hay que trabajar mucho en desentrañar todos los aspectos que configuran la estructura de un engrama cerebral, es decir, implementar las reacciones a los estímulos del medio a través de un buen uso de la imaginación.


Otro de los problemas de los que hablaba al principio es el de tener una definición incorrecta del objetivo que se persigue ante esta clase de adicción, nunca se debe pretender trabajar por "dejar de ver pornografía o abandonar la masturbación", eso categóricamente es imposible si no se ha logrado la modificación del engrama de adicción, cuando la persona fija como meta el trabajar con todo el poder consciente de su voluntad por erradicar el hábito lo único que consigue es fortalecerlo más ya que su mecanismo de acción se basa en un sistema de represiones mentales y emocionales en las que la característica primordial es esa atmósfera negativa de tensiones internas, eso se puede apreciar en las caídas vertiginosas y autocompasivas que siguen a un corto o largo periodo de abstinencia y que en sí son el resultado inevitable de dicha orientación errónea.



El verdadero objetivo consiste en identificar los estímulos del entorno que activan los engramas mentales de adicción, y posteriormente trabajar en modificar dichos engramas para que pierdan su poder controlador sobre la vida de la persona, el trabajo de modificación se basa en dar origen a nuevos patrones neurológicos de respuesta que tienen origen en cuadros mentales constructivos que permitirán el surgimiento de nuevas actitudes y esquemas cognitivos que alterarán la conducta anómala y todos los estados emocionales conflictivos circunscritos a ella.


Por lo tanto, es fundamental replantear las acciones en aras de superar por completo la actitud y conducta adictiva en función de su verdadero origen, para salir de la adicción no se necesita torturarse día tras día con el pensamiento de "tengo que estar sobrio, no debo caer hoy" porque el problema no es caer, el problema es no hacer algo efectivo para cambiar ese engrama mental que es la verdadera esencia de la adicción.

Cuando se trabaja únicamente para cambiar directa y salvajemente la conducta se vive en la completa ignorancia y se camina a ciegas, se asemeja tal situación a la lucha que entabló Don Quijote contra los molinos de viento; esta dirección del tratamiento sólo lleva al paciente a la autocompasión, pues siente que internamente ha cambiado poco y que es mínima la comprensión real que tiene respecto a su problema, este enfoque mantiene a la persona en estado desmoralizante cada vez que aprecia una inevitable caída, y también fortalece un círculo vicioso interminable.


El Dr, Knight Dunlap, el famoso maestro de la psicología de los hábitos, solía decir, que es esencial que el paciente aprenda a cesar de culparse a sí mismo, a autocondenarse y a sentir remordimientos por sus malos hábitos en el caso de que quiera curárselos. Halló particularmente dañina la conclusión a que suelen llegar algunos pacientes: “Estoy destrozado”, o aquella otra, también típica, de que “no valgo para nada”, sólo a causa de que el enfermo hizo o estuvo haciendo cierta clase de actos. Debemos, por último, tener en cuenta que el individuo comete diversos errores, pero que las faltas no forman, en absoluto, a la persona.


Sus métodos obtuvieron éxito en la curación de hábitos, tales como el de morderse las uñas, chuparse el dedo, los tics faciales, etc., que habían fallado con el tratamiento por medio de otros medios. La mera médula de su sistema consistió en el descubrimiento de que el esfuerzo es uno de los mayores desanimadores cuando tratamos de conseguir la cesación de un mal hábito o la adquisición de uno bueno y nuevo. 

Al hacer un esfuerzo para refrenar el hábito, se suele, por el contrario, reforzar éste. Tal fue uno de sus descubrimientos. Sus experimentos comprobaron que el mejor medio existente, para interrumpir un hábito, estriba en forjarse una imagen mental del deseo y del resultado, y en la práctica, que se dirija sin esfuerzo a alcanzar esa meta

Dunlap descubrió que la práctica positiva (refrenamiento del hábito), o la práctica negativa (ejecución del hábito, consciente y voluntariamente), tendría efecto benéfico si se la ayudase mediante el constante mantenimiento en la mente del objetivo-resultado deseado. 



En la medida en que se debiliten los engramas mentales de adicción cesará el poder controlador, y la persona ganará poco a poco el dominio de su voluntad y sus impulsos, a medida que progresa en adquirir la habilidad de crear nuevos engramas y debilitar los que son negativos verá reducidas gradualmente las caídas y se sentirá mucho más libre, feliz y consistentemente esperanzado y optimista; estará capacitado para superar su adicción y ver la vida con mayor objetividad y alegría, también tendrá la capacidad de aplicar este conocimiento en muchos otros aspectos de su vida.



Lo tercero que hay que tener muy en cuenta en todo este asunto es que hay que echar mano de simples estrategias de supervivencia que garanticen la eficacia del trabajo sobre los engramas:


  • Trabajar con calma en la modificación de estos aspectos del cerebro, pues aunque podamos aprender de prisa, no podemos aprender bien en situaciones de “crisis”. No hay que esperar a que aparezcan inadvertidamente los estímulos del medio que activan los engramas de adicción, hay que ensayar sobre ellos en momentos de sosiego, activándolos voluntariamente para ejercer el trabajo necesario para su modificación, de esa manera se hará un entrenamiento muy apropiado para lidiar con aquellos estímulos que aparecen en los momentos en que uno menos lo espera.
  • Procurar cultivar una atmósfera libre de tensiones y entrenarse en técnicas de relajación, eso hará que sea más sencillo acceder a las fuerzas del inconsciente que rodean a los engramas adictivos, este estado también es altamente factible para la adquisición de engramas positivos.
  • Mantener una adecuada rutina de ejercicio y deporte, la endorfina que es una sustancia que se segrega a través de la actividad física favorece un alto estado de relajación global y mucha receptividad a los cambios que le propinemos a nuestra propia mente.
  • Comer saludablemente y tomar al menos 6 litros diarios de agua favorece el correcto funcionamiento del sistema nervioso, hace más fácil que se desarrollen y modifiquen los esquemas neuronales. Hay que abstenerse de cafeína, alcohol, alucinógenos y cualquier otro neuroestimulador.
  • Entrenar la imaginación a través de diversos ejercicios de visualización creativa y elaboración de cuadros mentales.
  • Realizar muchas actividades gratificantes y saludables de cualquier tipo, que sean generadoras de alegría y que ayuden a contrarrestar todas las emociones negativas y el aislamiento que genera el estado de adicción, lo más indicado para el caso, es que estas actividades sean ejecutadas en compañía de otras personas.
  • Aprender formas de lidiar con el estrés del día a día y mecanismos para manejar las preocupaciones.
  • Atender necesidades emocionales que permanezcan insatisfechas y buscar formas de cubrir los vacíos afectivos que se tengan desde la niñez, así como sanar heridas de amor y resentimientos hacia las personas.
  • Tomar muchas precauciones en el uso de elementos que faciliten el acceso a la pornografía, si se navega en la internet hay que hacerlo con un objetivo claro, jamás usar la computadora si no se tiene clara la tarea que se va a realizar, quedarse dando vueltas por ahí, por simple ocio desencadena inevitablemente una caída, en cierta forma este suele ser el estímulo más común que activa los engramas de adicción y genera la caída.
Hay que recordar que la pornografía se halla al alcance de una tecla y a la vuelta de un clic del mause.



Existen otras consideraciones que cada quien debe atender según su situación personal de vida. 



Y por último, la programación neurolingüística (PNL) es un formidable método que contribuye eficazmente en este proceso de curación, las siguientes técnicas terapéuticas pueden ser de enorme ayuda en el tratamiento de los engramas de adicción: 






Cuadros mentales



"Mantenga una representación de sí mismo en los ojos de su mente durante mucho tiempo y con la máxima continuidad posible, y usted será conducido hacia ella", decía del Dr. Harry Emerson Fosdick. "Represéntese vívidamente como un fracasado, y ello sólo lo hará la victoria imposible. Represéntese vívidamente como un vencedor, y ello sólo contribuirá a conducirle a la victoria. El arte de vivir comienza con una representación mental, mantenida en la imaginación, concerniente a lo que usted quisiera hacer o quiera ser."

Su autoimagen presente fue formada con los cuadros de su propia imaginación, en lo que respecta al pasado, y fue desarrollándose con ayuda de las interpretaciones y valorizaciones que hizo usted de los mismos, basado todo ello en la "experiencia". Ahora usted va a aplicar el mismo método que empleó previamente para construir la inadecuada con la que vivió hasta la actualidad.

Siéntese aparte durante un lapso de treinta minutos diarios, en donde pueda permanecer a solas sin ser molestado. Descanse y póngase tan cómodamente como le sea posible. Ahora, cierre los ojos y ejercite su imaginación.

Afirman muchos individuos que obtienen mejores resultados si se imaginan ante una gran pantalla cinematográfica y se figuran que están viendo una película de sí mismos. Lo más importante consiste en hacer que estas películas resulten tan vívidas y detalladas como sea posible.

El modo de lograr esto estriba en mantener fija la atención en los pequeños detalles, las vistas, los sonidos y los objetos que conciernen al ambiente que se ha imaginado. Una de mis pacientes aplicó este ejercicio para superar el miedo que le producía su dentista. Se sintió desgraciada hasta que comenzó a notar unos pequeños detalles en el cuadro que se había imaginado: el olor antiséptico en el consultorio, el contacto del cuero al sentarse en los sillones, el aspecto de las manicuradas uñas del dentista en el momento en que las manos de éste se aproximaban a la boca de ella, etc.

Los detalles del ambiente imaginado son sumamente importantes en este ejercicio, debido a que al perseguir propósitos prácticos, usted está creándose también una experiencia práctica. Y si la imaginación es suficientemente vívida y detallada, su práctica imaginativa equivale a una experiencia real en tanto se relaciones ésta con su sistema nervioso.

El siguiente objetivo importante que tiene que recordar consiste en que durante esos treinta minutos usted se ve a sí mismo comportándose y reaccionando apropiada, feliz e idealmente. No importa como usted se comportara ayer. No necesitará probar si va a tener fe o si va a conducirse mañana de un modo ideal. El sistema nervioso se cuidará de ello, a su debido tiempo, si continua practicando.

Véase actuando, sintiendo, siendo como usted quiere ser. No se diga entre sí: "Voy a portarme mañana de esta manera." Dígase precisamente: "Voy a figurarme ahora actuando de esta manera, hoy, durante treinta minutos." Figúrese cómo se sentiría se fuera realmente la clase de persona que desea ser. Si ha sido vergonzoso y tímido, figúrese moviéndose entre la gente con sencillez y desenvoltura y sintiéndose bien a causa de ello. Si ha sido presa del temor o la ansiedad en ciertas circunstancias, véase conduciéndose con calma, deliberadamente, actuando con confianza y valor y sintiéndose liberal y lleno de fe en sí mismo a causa de la persona que se imagina ser.


Este ejercicio contribuye a formarle nuevas memorias o recuerdos o a almacenar datos en su cerebro medio y en su sistema nervioso central. Ello coadyuva a formar una nueva imagen del ser. Luego de practicar este ejercicio por algún tiempo, se sorprenderá hallarse actuando de manera distinta, más o menos espontánea y automática, sin siquiera intentarlo. Ello es, como debiera ser. No necesita "tener una idea" o "tratar de hacer un esfuerzo ahora, con el objeto de sentir la inefectividad de éste y de actuar en forma inadecuada. Sus inadecuadas maneras presentes de "sentir" y de "hacer" son automáticas y espontáneas a causa de los recuerdos, reales o imaginados, con que usted ha ido formándose su mecanismo automático.

Hallará que éste opera precisamente con el mismo automatismo con respecto a los pensamientos y a las experiencias positivas como en lo que concierne a las negativas.


(Maltz, Maxwell. Psychocybernetics. Prentice-Hall Inc., New Jersey, 1960)


















Cómo aplicar las representaciones mentales para obtener un mejor reposo



(DEBE SER PRACTICADO TREINTA MINUTOS DIARIOS O MAS TIEMPO)






Siéntese cómodamente en un sillón, o extiéndase de espaldas. Deje funcionar conscientemente, y en tanto le sea posible y sin hacer demasiados esfuerzos sobre ellos, los diversos grupos musculares. Centre la atención, también conscientemente, a las diversas partes de su cuerpo y procure relajar las tensiones de las mismas. Hallará que hasta cierto grado podrá siempre y voluntariamente liberarse de la tensión experimentada. Puede cesar de preocuparse y dejar el cerebro en reposo.


Podrá disminuir un tanto la tensión de sus mandíbulas. Podrá lograr, así mismo, que sus manos, brazos, hombros y piernas permanezcan en un estado de reposo mayor que el normal. Dedique unos cinco minutos a todo ello y luego cese de supeditarse al control consciente.

De aquí en adelante, conseguirá un reposo cada vez mayor, mediante la aplicación de su mecanismo creador, para que éste le proporcione automáticamente el estado de descanso. En pocas palabras, va a aplicar diversas representaciones-objetivos, mantenidas en su imaginación, y va a dejar a su mecanismo automático que alcance para usted estos objetivos o metas.




Cuadro mental número uno


Véase, con “los ojos mentales”, extendido sobre la cama. Fórjese una representación mental de sus piernas como si éstas fuesen de concreto. Véase extendido en el lecho con dos pesadísimas piernas de concreto. Vea estas pesadísimas piernas de concreto hundiéndose en el colchón a causa de su enorme gravidez.



Ahora, represéntese las manos y brazos como si estuvieran hechos de concreto. También son sumamente pesados unos y otras y así mismo, se hunden en la cama a causa de la tremenda presión que ejercen sobre ésta. Con “los ojos de la mente” trate de representarse a un amigo que entra en su habitación e intenta alzarle sus grávidas piernas de concreto. Le coge a usted de los pies y trata de levantárselos. Resultan demasiado pesados para sus fuerzas. No puede hacerlo. Repita, inmediatamente después, este mismo ejercicio con los brazos, el cuello, etc.




Cuadro metal número dos


Su cuerpo es un gran muñeco de teatro de polichinelas. Tiene atadas las manos a las muñecas. El antebrazo está atado negligentemente a la parte superior de su antebrazo. Pies, rodillas y muslos hállanse también atados con cuerdas sumamente flojas. Del cuello le pende un débil cordón.


Las cuerdas que le sujetan las mandíbulas y los labios se han aflojado tanto que aquéllas le caen libremente sobre el pecho. Las diversas cuerdas que atan las distintas partes de su cuerpo se han debilitado y aflojado a tal extremo que todo su cuerpo se extiende ahora blando y suelto a través del lecho.




Cuadro mental número tres


Su cuerpo se halla compuesto de una serie de globos inflados. Hay a sus pies válvulas abiertas y el aire comienza a escapársele a través de las piernas. Sus piernas comienzan a vaciarse y continúan así hasta quedar convertidas en dos desinflados tubos de goma que se extienden vacíos sobre la cama. En seguida, ábrese una válvula en el pecho, y, en tanto el aire comienza a escapar, su tronco completo inicia el desfallecimiento, quedando en ese estado sobre la cama. Continúe el mismo ejercicio con los brazos, la cabeza y el cuello.






Cuadro mental número cuatro



Mucha gente hallará, mediante este procedimiento, el mayor reposo posible y el mejor medio para liberarse de toda clase de tensiones. Retrotraiga la memoria a alguna escena descansada y placentera de su pasado. Siempre hay un momento en la vida de cualquier individuo cuando éste se sintió liberado de tensiones, descansado y en paz con todo el mundo.


Atraiga y recoja, pues de su pasado, su propio cuadro de reposo y trate de evocar, con todos los detalles, las imágenes hayan logrado atraer con su memoria.

Pudiera ser esta una escena plácida en el lago de una montaña al que usted iba de pesca. Si es así, cuide poner atención especial a las pequeñas cosas incidentales que solía acontecer en el ambiente.

Recuerde las pacíficas ondas del agua. ¿Qué sonidos murmuraban? ¿Oía usted el lento rozar de las hojas de los árboles? Puede ser que usted evoque aquel momento de maravilloso y dulce reposo cuando se hallaba sentado ante una hoguera y dormitaba como sumido en blando y exquisito arrobo.

¿Chisporroteaban los leños? ¿Qué otras imágenes y sonidos había presentes? Puede ser que prefiera recordarse tumbado y reposando suavemente sobre la playa. ¿Qué sentía cuando rozaba su cuerpo con la arena? ¿Podía usted sentir el cálido reposo con que le obsequiaba el sol, como casi un objeto físico, cuando le tocaba el cuerpo? ¿Soplaba acaso la brisa? ¿Sentía las caricias del blando céfiro? ¿Veía volar las gaviotas sobre la playa?

Cuantos más detalles incidentales pueda usted rememorar y representarse mentalmente, mayor éxito habrá de conseguir en lo que respecta al estado de reposo necesario para facilitarse la ejecución de ulteriores ejercicios.

La práctica diaria le hará cada vez más claros estos cuadros mentales o rememoraciones. El efecto de aprendizaje se le irá haciendo también acumulativo.

La práctica consuetudinaria le reforzará, así mismo, los lazos existentes entre la imagen mental y la sensación física. Conseguirá poco a poco un estado de reposos más eficiente y ello habrá de recordarlo en la práctica de las futuras sesiones.


(Maltz, Maxwell. Psychocybernetics. Prentice-Hall Inc., New Jersey, 1960)
















Reposo mental





Prodúzcase en su imaginación un vívido grabado mental de su propia persona en el que se vea sentado pacíficamente, en completa quietud, dejando que suene el timbre del teléfono de la casa.

Luego, procure “transportar consigo” en sus actividades diarias esta misma actitud llena de paz, inamovible y equilibrada, mediante el procedimiento de evocar el grabado mental descrito. Dígase: “Voy a dejar que suene el teléfono”, en cualquier momento que estuviese tentado de “obedecer” o responder a alguna alarma de temor o de ansiedad.

Inmediatamente después, emplee su imaginación en los ejercicios correspondientes a las diversas situaciones en que encuentre necesario el uso de la “carencia de reacción”: véase, entonces, sentado pacíficamente y sin hacer ningún movimiento mientras un colega suyo disparata y sueña.

Véase cumpliendo sus tareas diarias una por una, y todo ello con calma, mesura y sin prisa alguna, independientemente de las presiones propias con que le trate de apresar un día lleno de actividad febril.

Véase manteniendo la misma constante y estable compostura a pesar de las diversas “alarmas de la prisa” y las “alarmas de presión” que puedan presentársele en el ambiente.

Véase en las diversas situaciones que le llegaban a irritar en el pasado, pero tenga en cuenta que HOY debe quedarse usted guardando una sola compostura llena de calma y de equilibrio, y que no va intentar responder a nada que le perturbe.



(Maltz, Maxwell. Psychocybernetics. Prentice-Hall Inc., New Jersey, 1960)

















Técnica “de boxear con la sombra” o la “práctica sin tensión”







Cuando el célebre Ben Hogan se hallaba jugando regularmente en torneos de campeonato, solía guardar un bastón de golf en su habitación, y allí practicaba a diario y en privado balanceando correctamente el bastón y apuntando a una pelota imaginaria, y ello sin experimentar la turbación y los rigores propios que producen las diversas tensiones. Cuando Hogan se encontraba en el terreno de juego, solía evocar los movimientos correctos en su imaginación antes de hacer el tiro y luego se entregaba en cuerpo y alma a “la memoria muscular” para lanzar el disparo con la mayor corrección posible.


Algunos atletas suelen practicar en privado con el objeto de experimentar la menor presión que les sea posible. Ellos mismos, o sus propios “coaches”, impiden a la prensa que presencie los ejercicios de práctica e incluso rehusan proporcionar cualquier información relacionada con la práctica que pudiera servir para propósitos de publicidad, y todo ello con el único objeto de protegerse de la presión o tensión internas. Todo se arregla de manera que pueda hacerse el entrenamiento y la práctica en las mejores condiciones humanamente posibles con respecto al reposo y a la liberación de tensiones. El resultado que se obtiene consiste en que estos deportistas se introducen en la “crisis” de la verdadera competición con la apariencia de no tener nervios en absoluto.

Se transforman en verdaderos témpanos de hielo, inmunes a la presión, sin preocupación alguna con respecto a cómo habrán de actuar , y se entregan en absoluto a “la memoria muscular”, para ejecutar en la realidad los diversos movimientos que han aprendido.


La técnica “de boxear con la sombra” o la “práctica sin tensión” es tan simple y los resultados son con frecuencia tan definitivos que alguna gente se inclina a asociar ambas técnicas con alguna clase o suerte de misteriosa magia.


Recuerdo una viuda que había guardado luto durante años y se solía sentir mal en cualquier reunión o circunstancia social. Luego de haber practicado la técnica del “boxeo de sombra” tuvo a bien escribirme lo siguiente: “… debo haber practicado una "gran entrada" cien veces por lo menos en mi propia habitación estando ésta completamente vacía.

Entraba a la pieza y estrechaba la mano a multitud de invitados imaginarios. Sonreía y siempre tenía algo agradable que decirle a cada uno de ellos. En seguida, íbame a los diferentes corrillos y bromeaba en una y otra parte. Practiqué, pues, la manera de andar, de sentarme y de charlar con gracia y confianza”.

“Me es imposible describirle lo feliz que me sentí cuando estuve en… y podría decirle algo sorprendente de… y también de los maravillosos momentos que pasé en el baile de… Me sentía llena de calma y de confianza. Se produjeron, sin embargo, algunas situaciones incidentales que no había practicado anteriormente, pero, de todas maneras, las superé con facilidad y me conduje de modo admirable…”




La voz “revelar” significa literalmente “descubrir”, “hacer visible lo que estaba oculto”. El vocablo “inhibición” expresa todo lo contrario : “retringir” y “no manifestar
las ideas o sentimientos”. La “autoexpresión” consiste en “liberar lo restringido” y en manifestar plenamente los talentos y las capacidades del ser. Significa también “sacar a flote su propia luz y permitirla que brille”.



Mediante la técnica del “boxeo con la sombra” el sujeto practica la expresión del ser en ausencia de los factores inhibitorios. El individuo aprende los movimientos correctos y también se forma un “mapa mental” que retiene en la memoria. Un mapa amplio, general y flexible. Luego, cuando se enfrenta a una crisis, cuando se le presenta una amenaza verdadera o un factor inhibitorio, el sujeto aprende a conducirse con calma y corrección.

Existe, entonces, un “impulso de reacción” en los músculos, los nervios y el cerebro, un impulso que el sujeto se ha formado con la práctica para poder enfrentarse con una situación real. Además, debido a que el aprendizaje fue hecho en circunstancias de reposo y libre, por tanto, de tensiones, el sujeto hállase capacitado para responder en cualquier ocasión y para exteriorizarse, improvisar y conducirse espontáneamente.

Al mismo tiempo, la práctica de la técnica del “boxeo de sombra” contribuye a formarle una autoimagen mediante la cual el individuo ha de conducirse con corrección y éxito. El recuerdo de esta feliz autoimagen también habrá de capacitar al sujeto a que haga mejor todo lo que emprende.


(Maltz, Maxwell. Psychocybernetics. Prentice-Hall Inc., New Jersey, 1960)


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