Neuroplasticidad y Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)




La Neuroplasticidad es un descubrimiento relativamente reciente y es la capacidad que tiene el cerebro de re-conexionarse, de cambiar de estructura y función si ponemos empeño en ello, sólo con la fuerza de ciertas experiencias mentales o pensamientos. Esto nos permite tratar eficazmente los trastornos mentales.
El descubrimiento de la Neuroplasticidad es, quizá, el cambio más importante en nuestra comprensión del cerebro porque durante 400 años pensábamos que el cerebro era como una máquina con partes, y ese punto de vista dio lugar a un fatalismo neurológico: significaba que las personas que nacían con un daño cerebral o sufrían daños cerebrales que se han desarrollado a lo largo de su vida, eran irreparables y estaban condenados a vivir con ellos. Porque las máquinas pueden hacer muchas cosas maravillosas, pero no hacen que crezcan nuevas piezas y que estas se reorganicen.
Quizá la mejor forma de entender la Neuroplasticidad es con un ejemplo estremecedor donde verás el método exacto de cómo, gracias a la Neuroplasticidad, se cura el trastorno obsesivo-compulsivo o TOC:
Todos nosotros tenemos preocupaciones, nos preocupamos porque somos criaturas inteligentes. La misma inteligencia que nos permite planear algo, imaginar, hacer hipótesis,…, también nos permite anticipar los resultados negativos dando lugar a las preocupaciones.
Hay muchos tipos de preocupaciones, pero quienes más las sufren son las personas con trastorno obsesivo-compulsivo o TOC. Todo su problema está en su cabeza, “va más allá de lo que otros podrían experimentar” precisamente porque está en su cabeza y, por lo tanto, es ineludible. Es un trastorno que, con frecuencia, puede ser tratado comprendiendo la Neuroplasticidad. Éste es el descubrimiento del Dr. De la UCLA Jeffrey Schwartz: Las personas tienen interrupciones no deseadas en la corriente de su conciencia, pensamientos y urgencias. Básicamente tienen un conflicto interno en el que quedan atrapados, degenerando en trastornos obsesivos-compulsivos al entrar en un circuito de realimentación o feedback que lo hace ir a peor, peor y peor cuanto más se involucran en ellos…
Es difícil comprenderlo si no lo tienes:
“Es algo muy desagradable. El TOC es como estar atrapado en tu propia mente, eres casi como un títere que te obliga a hacer cosas y rituales que no quieres hacer, pero tienes que hacerlas. Estás tratando con un nivel tan alto de ansiedad y exceso de Estrés que terminas enfermo físicamente. Y esto ocurre día tras día, hora tras hora, no pasó mucho tiempo antes de que cayera en depresión. Los temores de contaminación estaban causando que constantemente lavara mis manos, que incluso llegara al punto en que me lavaba la cara, los brazos y las piernas. Tú terminas cayéndote en pedazos.
Hay un circuito que se activa en el cerebro cuando nos preocupamos, cuando se activa ese circuito 3 cosas suelen ocurrir: primero, nuestra parte del cerebro que está detrás de la frente detecta el error y envía una señal a otra parte del cerebro llamada el “cingular anterior”. Ésta nos pone ansiosos acerca de él, para que nos centremos y lo resolvamos y, finalmente, una vez que se haya corregido el error, pasa a una tercera parte del cerebro que se llama “núcleo caudado” que funciona como una palanca de cambios mental que hace que lo demos por resuelto y pasemos a otra cosa. Pues bien, lo que pasa en las personas con TOC es que la palanca de cambios mental es muy pegajosa, se queda atrancada, por lo que la persona se ve impulsada de forma irresistible a tratar de corregir el error una y otra vez. Cada vez que se corrige el error disminuye la ansiedad muy brevemente porque las neuronas que se activan juntas están conectadas y tienen la equivocada idea de que para disminuir la ansiedad deben seguir corrigiendo el error. Así es a corto plazo, pero a largo plazo es lo que es todavía mucho peor y obsesivo.
El círculo vicioso del trastorno obsesivo-compulsivo es que mientras más te laves, más revises, peor se pone: esto tiene bastante sentido porque cuanto más tiempo pasas pensando en los gérmenes, más inadvertidamente se cablea la conexión entre los gérmenes y el peligro en el cerebro, en lugar de fortalezer lo que realmente se tiene que fortalecer: que es conseguir mover la palanca de cambios mental.

La Neuroplasticidad en acción:

Si el cerebro puede empeorar en las personas que tienen los síntomas una y otra vez, tal vez, sí puedo hacer algo a través de la comprensión para resistir el impulso de actuar sobre la urgencia. Entonces se pueden fortalecer los circuitos cerebrales alternativos y acallar los circuitos del cerebro ‘mal hechos’ y ese proceso, cuando se hace regularmente, cambia el funcionamiento de nuestro cerebro.
En el caso del trastorno obsesivo-compulsivo, veamos como actúa la Neuroplasticidad para repararlo:
Schwartz se preguntó si era posible que los pacientes pudiesen hacer ese cambio de forma manual, tomando conciencia en primer lugar de que estaban teniendo un ataque de TOC, y a continuación, a través de un esfuerzo constante de atención, centrarse activamente en algo sano en lugar de la preocupación.
Los seres humanos son los únicos que tienen la capacidad real de auto-observarse, de ser conscientes de si mismos: La capacidad de salir de uno mismo es lo que se conoce con el término de “espectador imparcial”. Es decir, nos podemos colocar en una situación en la que vemos claro que ‘¡Nosotros no somos lo que nuestro cerebro es!’ Esta capacidad de desarrollar una conciencia de si mismo es difícil de dominar, pero es la clave para el tratamiento de Schwartz:
El “espectador imparcial” me dice que esto no es real. Que es el cerebro haciendo lo que hace todo cerebro, ni más ni menos…
El tratamiento de Schwartz que pone en práctica la Neuroplasticidad consta de 4 pasos que aprovechan las propiedades plásticas del cerebro para que trabajen a favor del paciente, no en contra de ellos:
– 1. El primer paso es que cuando una persona tiene un ataque de TOC, de un paso atrás y, conscientemente, se refiera a lo que está sucediendo dándose cuenta de que lo que está experimentando no es un peligroso ataque de gérmenes (por ej.), sino un ataque de TOC.
– 2. El segundo paso es reatribuir esos pensamientos e impulsos al circuito equivocado del cerebro y recordar cómo ocurre el bloqueo en el ‘cambio de marchas’ del cerebro. Así diriges el miedo hacia lo que el cerebro está haciendo.
– 3. El tercer paso es volver a centrarse para, manualmente, sacar hacia fuera la tensión de los pensamientos patológicos, e intentando centrarse en una conducta hacia una conducta sana y constructiva.
Ahí es donde entra la Neuroplasticidad, porque cuando se utiliza el cerebro de una forma constructiva y enfoca su atención de una manera sana, se forman y estabilizan circuitos cerebrales alternativos
– 4. El último paso tiene lugar cuando el paciente nota que sus obsesiones y compulsiones comienzan a desvanecerse. El paciente hace una valoración de ellas, dándose cuenta de que son distracciones inútiles que deben ser ignoradas
Cuando estos 4 pasos se hacen con regularidad, los pacientes empiezan realmente a cambiar su cerebro:
Cuando Schwartz y su equipo escanearon los cerebros de los pacientes que presentaron mejoría encontraron que la parte del cerebro que dispara la palanca de cambios se había normalizado: el cerebro había cambiado su estructura en respuesta al pensamiento.
Así, gracias a la Neuroplasticidad, los pacientes pueden hacer grandes y profundos cambios en su naturaleza biológica, de manera constructiva, simplemente mirándose, siendo consciente de uno mismo, con esfuerzo y con la atención focalizada.
La auto-dirección y la neuroplasticidad son reales y se pueden utilizar para ayudarte con tu padecimiento.

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