El des-apego defensivo de la infancia
Domingo, 03 de agosto de 2008
FICHA
3. 6
1. TEMA DE LA FICHA: II PARTE: LAS PROBLEMÁTICAS RELACIONADAS
2. OBJETIVOS A CONSEGUIR:
a. Comprender el desapego con el padre
como una distancia afectiva y no solo física
b. Comprender la importancia fundamental
de las manifestaciones en la infancia como productoras de desórdenes en la
identidad sexual posterior
c. Comprender las relaciones de amistad
en la infancia como reforzadores de la identidad sexual
3. DOCUMENTO A TRABAJAR:
DOCUMENTO Nº. 3: TERAPIA REPARATIVA DE
LA HOMOSEXUALIDAD MASCULINA. UN NUEVO ACERCAMIENTO CLINICO, de Joseph Nicolosi.
CAPÍTULO: PROBLEMAS INSERTOS EN LA NIÑEZ
SUBCAPÍTULOS: El des-apego defensivo de la infancia
Comportamiento sexual transversal
Problemas con los amigos de la infancia
4. ARTÍCULO FUNDAMENTAL A LEER PARA
PROFUNDIZAR ESTE TEMA.
No hay.
5. PREGUNTAS A REFLEXIONAR, TRABAJAR Y
RESPONDER EN EL CUADERNO DE TRABAJO EN TORNO A TODO LO LEÍDO:
a.
Escribe las ideas fundamentales que has encontrado en este capítulo y haz una
pequeña reflexión de cada una de ellas en relación a cómo influyen o han
influido en tu vida.
- Como protección hacia el
sufrimiento futuro, el niño se desapega defensivamente del padre (Moberly
1983). Este estado de autoprotección final es experimentado subjetivamente
como "nunca más" (Schechter 1978). Dice "te rechazo a ti y
a todo lo que tú representas", es decir, a la masculinidad.
Posteriormente, en la niñez expresará indirectamente su ira ignorando a su
padre y negando que tenga alguna importancia en la familia, conspirando
con la madre en connivencia contra el padre.
No experimenté este tipo de desapego defensivo ya que no hubo un hombre
significativo en mi niñez que me maltratara, el desapego afectivo defensivo lo
viví en mi adolescencia respecto a mis compañeros.
- El des-apego afectivo se
hace particularmente aparente cuando el niño pre-homosexual está en el
periodo de latencia, entre los 5 y 12 años. Generalmente presenta miedo y
precaución con respecto a los niños de su edad, manteniéndose cerca de su
madre y tal vez abuela, tías o hermanas mayores. Se convierte en "el
niño de la ventana" que ve a sus compañeros jugar de forma agresiva y
eso a él le parece peligroso. Se siente atraído por los otros niños a la
vez que se siente asustado por lo que hacen. El desapego defensivo le aísla
emocionalmente de los otros varones y de su propia masculinidad. Las
mujeres le son familiares, mientras que lo masculino le resulta
misterioso.
Este principio no aplica a mi vida, nunca fue el niño de la ventana, me
encantaba jugar con los otros niños y competía gustosamente con ellos. Siempre
me sentí parte del grupo de los chicos y fui aceptado por ellos en mi niñez.
- Se ha encontrado una
correlación entre la homosexualidad y el comportamiento no masculino en la
niñez. Hockenberry y Billingham encontraron que una ausencia de
comportamientos masculinos en el niño es un indicador aún más fuerte de
homosexualidad que la presencia de rasgos femeninos. Los homosexuales
frecuentemente se describen a sí mismos como niños frágiles; solían tener
miedo a dañarse, evitaban las peleas físicas, jugaban más con chicas y se
describían a sí mismos como solitarios que rara vez practicaban juegos
competitivos de niños. Se ha encontrado una puntuación más baja entre los
homosexuales en la Escala de Agresividad Física (Freund y Blanchard 1987) y presentar inhibiciones
en la expresión de la agresión y autoafirmación en situaciones sociales
(Whitener y Nikelly 1962).
Este principio tiene ninguna relación conmigo.
- Mediante un equilibrio de
confrontación y de apoyo, los niños en grupos tienen un poder único para
actualizar el potencial masculino de unos y de otros. Con frecuencia se
nos presenta la imagen del niño pre-homosexual apartado de sus compañeros
masculinos, mirando por la ventana a los otros niños que juegan
activamente, incluso de forma agresiva. El "niño de la ventana"
se siente atraído y a la vez atemorizado por ellos, deseando poder estar
con ellos y jugar libremente con ellos. Envidia su intrepidez
pero siente miedo de unirse a ellos. De alguna forma se siente incapaz, no
preparado o con menos capacidad. En su lugar se vuelve hacia la compañía
de su madre que está ocupada en la cocina.
Nunca fui el niño de la ventana, me faltó tener la
camaradería de grupo en la adolescencia para el correcto desarrollo de mi
masculinidad, pero esta ya es otra historia.
b. ¿Qué tan importante te sentías para tu padre?
No
aplica.
c. ¿Crees que él se sentía
orgulloso de ti?
No
aplica.
d. Si tú reclamabas algo,
¿Cómo y quién respondía a tus demandas de niño?
Mi
mamá era quien siempre atendía a todos mis requerimientos, ella procuró
complacerme en todo lo que pudo, incluso fue sobreprotectora, siempre estuvo
pendiente de mí y me cuidó con el máximo esmero y dedicación, también fijaba
muy bien las reglas y era inflexible en muchas cosas que yo no deseaba atender
por capricho. Los demás miembros de mi familia también solían mimarme, e
incluso los novios de mis tías o los amigos de mi mamá también atendían muchas
de mis demandas.
e. ¿Dirías que eras de
pequeño un "niño bueno"? ¿Qué travesuras hiciste en tu niñez y qué
pasó en relación a la reacción de tus padres?
No
fui del todo un "niño bueno", era caprichoso y muchas veces
desobediente, recuerdo que me gustaba llevarle la contraria a los demás,
hacerlos enfadar o simplemente imponer mi voluntad, incluso golpeaba a la gente
cuando mostraba hostilidad.
De
entre mis muchas travesuras, la principal fue pegarles a los otros niños o
escaparme de la casa. Mi mamá me reprendía verbalmente, imponía castigos siendo
el de no dejarme salir el principal de ellos, a veces me golpeaba levemente.
6. PROPUESTA DE EJERCICIOS PRÁCTICOS A REALIZAR
PARA LLEVARLO A LA VIDA COTIDIANA. ESCRIBE LAS CONCLUSIONES DE ESTOS EJERCICIOS
EN TU CUADERNO.
a. Revisa
de tu niñez cuantas de estas características concuerdan contigo:
- De niño ¿Jugabas con niñas o niños?
Jugaba principalmente con niños, aunque en mi niñez
tuve dos amigas en años distintos, ellas vivían en la misma casa, y como eran
de mi misma edad aprovechábamos para jugar. La mayor parte de mi niñez la pasé
en grupos de hombres.
- ¿Jugabas juegos de niñas o de
niños?
Sólo juegos de niños, con esas dos amigas sólo
jugábamos con los libros, cuadernos, electrodomésticos y mirábamos televisión,
también juegos de carreras y el típico "escondite".
- ¿Te imaginaste de niño como un
ídolo deportivo? ¿Cuándo y de qué deporte? ¿Te imaginaste como algún otro
personaje?
No recuerdo visualizarme alguna vez como ídolo
deportivo, pero si me gustaba el fútbol, los equipos y las canchas. Siempre me
visualicé como un superhéroe, me encantaba Batman, Superman, Linterna Verde Hal
Jordan, Aquaman y Flash.
- ¿Te considerabas a ti mismo como
afeminado o poco masculino?
Nunca me considere tal cosa.
- ¿Te decían algún sobre nombre?
No, ninguno.
- Compara tus respuestas con el capítulo
leído y anota tus conclusiones.
Nunca tuve las características del chico prehomosexual, tuve intereses
masculinos en mi niñez y sentí gusto por las cosas de los chicos, tampoco sufrí
en aquella época algún tipo de desapego afectivo - defensivo respecto de los
varones.
b. Revisa como te castigaban de niño y por que causas. ¿Quien te
castigaba y como?
Esta
respuesta se encuentra enunciada en el numeral "e" del punto
"5" de esta misma ficha. Mi mamá me imponía sanciones como no dejarme
salir a jugar a la calle, privarme de la televisión o simplemente no llevándome
de paseo a comer helado.
c. Revisa qué características
le gustaban a tu madre de ti: eras tranquilo, inquieto, etc.
Siempre
fui el sol de los ojos de mi mamá, y aún lo soy. Lo que más le gustaba a mi
mamá de mi personalidad de niño era mi perspicacia, inteligencia, astucia,
responsabilidad y el cariño que le profesaba. Como ya lo mencioné
anteriormente, no fui un niño dócil, ni sumiso, pero tampoco fui un dolor de
cabeza para mi mamá, no recuerdo haberme metido en algún gran lío a causa de mi
comportamiento, mi conducta era buena.
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