Las dificultades de la vida en pareja
Lunes, 16 de febrero de 2009
Esta ha
sido una semana sin mayores novedades, he descubierto cosas nuevas sobre mi
mismo, los problemas, la psicoterapia, el TOC... también he adquirido nuevos
conocimientos en distintos ámbitos y me educo para llevar a cabo proyectos de
alta relevancia en mi vida.
Me siento mucho
más tranquilo, he retomando una vez más el control sobre la enfermedad, marcho
con firmeza hacia el objetivo de obtener el equilibrio neuroquímico y el
correcto funcionamiento del ganglio basal en mi cerebro. NO está tan lejano el
día en que mi sistema cerebral de descubrimiento-procesamiento de errores
funcionará normalmente otra vez.
Esta semana me vi
involucrado en un acontecimiento muy bochornoso, para ser más exacto, este
domingo en la madrugada. El sábado me invitaron una pareja de amigos a pasar en
casa de ellos una divertida tarde, y realmente la pasé bien, salí de mi habitual
rutina de trabajo y estudio, pero, a la hora de la comida, las cosas se pusieron
un tanto agrias debido a las discusiones que se
iniciaron.
Mis amigos son una joven pareja que procrearon
un niño, han vivido juntos desde hace aproximadamente 3 años, realmente no tengo
claro porque se juntaron, pues el amor nunca fue lo más notorio de la relación.
La cuestión es que nunca compaginaron, nunca
se llevaron bien, más la necesidad de compañía les impulsó a permanecer juntos, y
luego, del embarazo y nacimiento del hijo, pues tuvieron un motivo de mayor
fuerza para no terminar la relación e intentar construir un hogar para brindarle el
calor de una familia al niño.
Cada uno tiene sus
propios problemas psicológicos relevantes y muchos asuntos de la infancia sin
resolver, lo que indudablemente siempre fue un factor amenazante en la relación,
aunque, claro, nunca quisieron aceptar que tenían ese tipo de problemas lo que
dificultó darles tratamiento y
solución.
La relación siempre estuvo condenada al
fracaso, se hicieron esfuerzos, pero nunca dieron resultados dichos esfuerzos,
puesto que ninguna de las partes estuvo dispuesta a admitir con sinceridad los
errores y forjar un serio compromiso de cambio basado en hechos. La mayor parte
del conflicto estuvo centrada en el varón, en pocas palabras, él fue la principal
causa de que eso nunca funcionará.
No entraré en
detalles respecto a los errores de cada quien, basta saber que la falta de
conocimiento propio y comprensión mutua fue el eje de todo, más el acentuado
machismo y la constante
infidelidad.
La cuestión a la
que me refería como acontecimiento bochornoso, de la que hablé al principio, fue
una fuerte pelea que esta pareja sostuvo en horas de la madrugada del día
domingo, y que se centró en golpes e insultos, y que significó el final
definitivo de cualquier intento de unificación
familiar.
Cuando sucedió eso
yo me encontraba durmiendo, y me despertaron los gritos de auxilio de mi amiga
que pedía llamar a la policía porque estaba siendo golpeada salvajemente.
De inmediato me levanté y fui al sitio de los
acontecimientos para prestar ayuda, pero no puede hacer mucho, no quise
arriesgarme a entrar a la pelea y ser herido, así que me limité a tratar de
calmar la ira de mi amigo sumido en un estado de embriaguez mediante mis
habilidades pacificadoras, y consecuentemente a llamar a la
policía.
Pero fue tan grande el horror de ver como
golpeaban a la mujer, que me paralicé y se me fueron las fuerzas, entré en
shock, no sabía cómo reaccionar, pues era la primera vez que presenciaba un
deplorable espectáculo de ese tipo, ella como pudo se refugió en mí y yo actué
como escudo, a sabiendas que mi amigo me tiene un profundo respeto, pero aún así
yo estaba muy asustado, y ahí como pude saqué fuerzas para calmar al marido y
convencerlo de irse a dormir y dejar en paz a la mujer y al niño, que lloraba a
causa de la magnitud de los gritos de estas
personas.
Mediante razonamientos logré bajar el enfado
del hombre, y ganar el tiempo necesario para que la mujer abandonase el lugar y
se desplazara a un sitio más seguro.
Sin embargo, no
quedé en paz ya que me sentí débil y vulnerable, cosa que me desagrada mucho;
pues lo ideal hubiese sido que hubiera sometido a la fuerza a mi amigo,
impidiéndole maltratar a la mujer, pero no fui capaz de hacerlo ya que me dio
miedo, pues mi constitución física no es la más ideal para combates cuerpo a
cuerpo, y en materia de fuerza mi amigo me lleva una significativa
ventaja.
Este asunto me ha tenido muy pensativo, pues
siento que estoy en desventaja ante muchas personas de mi mismo género y en una
posición peligrosa. Normalmente huyo de las peleas, pues se muy bien que mi
cuerpo no me otorga la victoria en un combate físico contra otro varón de mayor
estatura y alto grado de corpulencia; es un hecho que en un asunto de vida o
muerte necesariamente combatiré y echaré mano de lo que sea para sobrevivir,
pero he sido muy afortunado de nunca haber visto en peligro mi vida bajo esos
parámetros extremos.
El que yo no sea
un hombre dotado para el combate no me hace un hombre de menos valor, ni una
persona inferior, simplemente me pone en desventaja, y dado que las desventajas
son problemas a resolver, he pensado que es imprescindible que me entrene en
artes marciales, pues esto me brindaría el conocimiento necesario para saber
como derrotar a mis oponentes en mis luchas sin tanta dificultad y en presencia
de mi desventaja física.
Así que he pensado
seriamente en tomar clases de karate, taekondo, judo, kung fu, jüjutsu... y
adiestrarme en el manejo de armas (espadas, varas, cadenas, cuchillos...) y
técnicas mecánicas. De esta manera un hombre muy musculoso y con gran fuerza
física no podría derrotarme si se con exactitud como
derribarlo.
La pelea de mis
amigos terminó con la relación, ahora cada quien tomará su camino, y el niño
permanecerá bajo el cuidado de su madre. Siempre intenté ayudarles a tener una
mejor relación, siempre fui el consejero de ambas partes, una especie de
intermediario, e hice lo mejor que pude; sinceramente, esta ruptura era algo
necesario, espero que sea una oportunidad de crecimiento y maduración para mis
dos amigos.
En estos momentos
estoy atravesando por una situación muy difícil en el interior de mi familia,
hay problemas graves que necesariamente tengo que atender con urgencia y con
mucha atención, así que mi tiempo se verá afectado en gran medida, por lo cual
no volveré a estar presente en el chat como acostumbro hacerlo, ni responderé
con la prontitud que me caracteriza a los muchos mensajes que recibo vía email.
Agradezco la comprensión de todos.
Procuraré mantener
el ritmo de las fichas y mi compromiso solidario de aportar en la comunidad, y
en el proceso de mis amigos.
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