De la soledad a la autocompasión





Lunes, 14 de febrero de 2010




Tema 2
La dimensión afectiva
Ficha 2. 5
De la soledad a la autocompasión








1. Planteamiento de la Ficha y Objetivos a conseguir.


Planteamiento:


El sentimiento de soledad, dependiendo de la forma en que se vive, puede ser un factor de crecimiento personal, o puede ser un elemento crítico en el desarrollo de la autocompasión y consecuente estancamiento de la maduración. 




Objetivos:


1. Comprender qué es el sentimiento de soledad y cuáles son sus formas.
2. Comprender el origen del sentimiento de soledad
3. Reconocer los efectos del sentimiento de soledad en el propio desarrollo personal.
4. Reconocer la relación entre el sentimiento de soledad y la AMS




2. Exposición del tema. 






Esquema:


1. La soledad neurótica
2. La soledad acompañante
3. Como se construye el sentimiento de soledad
4. El desdoblamiento agridulce del sentimiento de soledad
5. Gozarse en la incomprensión y una especial vivencia de originalidad
6. Nostalgia de la compañía y origen del sentimiento de autocompasión




1. La soledad neurótica[1]

            La soledad neurótica es la que experimentamos como resultado del desamor y los traumas infantiles, debido a los cuales nos sentimos inseguros, aislados y tristes a pesar de que en muchas ocasiones sí existan a nuestro alrededor numerosas personas que nos valoren y nos quieran. Sencillamente, "no podemos creerlo", no sabemos disfrutarlo, y nos sentimos absurdamente solos e incomprendidos. Es como morirnos de sed en medio del río. 

            La gente se autocompadece cuando se siente sola. Cuando se está en presencia de otros la autocompasión disminuye y es más que nada comparativa. Pero el fantasma aparece cuando se encuentran solos; esta soledad no es buena. Se trata   de una soledad neurótica,  que supone la exclusión de los demás, exclusión que puede ser provocada por los demás u otras veces producto de una automarginación (muchas veces funcionan juntos ambos mecanismos).

            Este sentimiento va siendo gradualmente reelaborado: empieza a  tener envidia de los demás; es elaborado de una forma muy neurótica: estoy solo porque soy especial, soy más original, soy más problemático… De este modo, exalta el “yo” a través del sentimiento de soledad.

             No deja de ser curioso que en un tiempo como el nuestro -en que tanto afán hay de protagonismo personal- haya simultáneamente tantas experiencias de soledad, a pesar de la profusión y multiplicidad de tantos colectivismos. Y es que, como escribió Ortega, en este tiempo nuestro “no hay protagonistas, sino coro”. No, hoy no hay tal protagonismo, sino más bien coros de personas en muchos casos manipuladas y reducidas a “masa” despersonalizada, que se mueve a ritmo del “pan y circo” que se les ofrece.


1.    Soledad acompañante

Cuando la persona se refugia en una soledad neurótica, con esta exaltación del yo que mencionábamos en el punto anterior, de algún modo empieza a pasearse acompañado por su soledad, con una vivencia de ésta que es vivida como una especie de amor platónico, pero montado sobre el vacío. Le ha dado una atribución al estar solo en la vida como si fuera algo fenomenal, conformándose así un modelo muy cerrado, hermético, donde nadie más tiene cabida.
           
Por otra parte, no toda experiencia de soledad es nociva para la persona. Más aún, en toda persona hay una necesidad insoslayable de soledad interior,   donde nos encontremos a nosotros mismos: nos lo exige nuestra privacidad, nuestra interioridad. Sin ella ninguna persona podría encontrarse consigo misma. Ese primer y necesario encuentro es precisamente la condición de posibilidad de cualquier otro.

 El hombre ha de encontrarse a sí mismo para de verdad poder encontrarse con los que le rodean. Pero no puede encontrarse  consigo mismo si no se encuentra con Dios, si no se encuentra a sí mismo en Dios. De aquí la grandeza y lo elogiable de la soledad. Porque es en la soledad buscada, encontrada y querida donde la persona puede llevar a cabo esa experiencia de que tanto precisa. Nada de particular tiene que sin ella ningún asunto personal encuentre la solución apropiada.

Se entiende, entonces, que haya muchas personas que, persuadidas como están de esta necesidad, defiendan con todas sus fuerzas ese ámbito de soledad, para encontrarse con ellas mismas cada día, por muchas que sean sus ocupaciones y los requerimientos del medio. Puede pues afirmarse que el camino de la soledad a la comunión, atraviesa la interioridad. Las experiencias de soledad surgen cuando el hombre se olvida de sí hasta el extremo de renunciar a todo lo que no sea su interioridad, de manera que no se frustre la comunicación primera, el encuentro de los encuentros, sobre cuya base únicamente pueden asentar las otras comunicaciones y los otros encuentros.

Este modo de entender la soledad es compatible y, desde luego, respetuosa, con la doble conformación del ser del hombre: un ser hecho para la apertura que en ocasiones se repliega en el hermetismo; un ser permanentemente permeable y, sin embargo, tantas veces voluntariamente clausurado; un ser hecho para la donación y no obstante, con tan fuertes tendencias al ahorro de sí; un ser hecho al fin para la comunicabilidad y el goce en la coparticipación y, sin embargo, la mayoría de las veces incomunicado, aislado, y macizada de opacidades su intimidad, hasta el extremo de no poder dar cabida a ningún otro. Si el hombre quiere adentrarse en busca de su propio sentido, ha de advertir que las  actitudes inmediatistas son malas consejeras, a la larga esclavizadoras. En cambio, en las actitudes trascendentes se manifiesta la grandeza de lo que «está más allá», de lo que «sobre-sale», de lo que atraviesa y traspasa, de lo que trasciende al fin los límites significados por el propio sujeto. [2]   

2.    ¿Cómo se  construye el sentimiento de soledad?

            El sentimiento de soledad está asociado a la calidad de las relaciones interpersonales que establecemos. Es la sensación de que algo falta... y provoca emociones: ansiedad por una ausencia.

            Se puede sentir soledad rodeado de gente, porque la soledad siempre es ausencia de una relación intensa y satisfactoria, de una comunicación profunda con otra persona, lo que no es lo mismo que cien relaciones superficiales. Los estímulos sociales a los que estamos expuestos, los múltiples modelos y las modernas tecnologías, producen una saturación que rompen con cualquier intento de coherencia en el sí mismo. Escuchar "tantas voces", participar de tantos discursos, deviene en una fragmentación del sentido de sí que se traduce en ese sentimiento de soledad.

            Ese sentimiento prolongado, no deseado ni buscado, desagradable, de no estar relacionado profundamente con alguien, que llamamos soledad, no tiene por  qué relacionarse con el aislamiento social. En cambio, sí puede hacerlo con la carencia de proyecto personal, de una red social de contención o una falta en el sentido de trascendencia humana. O sea, aislamiento emocional y aislamiento social son las dos variantes del sentimiento de soledad.

En la génesis de este aislamiento emocional juega un rol muy importante el apego, que es un sentimiento imprescindible para el desarrollo del infante humano. El bebé que al nacer no va construyendo el apego con una figura adulta que se siente fuerte y capaz de protegerlo y cuidarlo, será un niño sin confianza en sí mismo que no tendrá fortaleza para afrontar las vicisitudes de las relaciones interpersonales.   
Según el estilo que haya tenido aquella primera experiencia de apego con aquel adulto cuidador, será el futuro del sentimiento de seguridad en sí mismo que tendrá ese niño cuando crezca.
Adultos seguros en sus posibilidades de relacionarse con otros, tanto como en las de estar en soledad sin angustiarse por eso, han tenido experiencias de apego seguras, en donde el bebe y el adulto disfrutaron de esa primera relación.
Las personas adultas que encaran una incesante e infructuosa búsqueda esperanzada de figuras de apego, han tenido una primera experiencia inestable, imprevisible y ambivalente, que los lleva a la búsqueda inconsciente de reeditar aquella primera experiencia fallida.
Quienes sienten autosuficiencia, que todo lo pueden solos -lo que implica una gran soledad- han padecido experiencias evitativas, es decir de desinterés por sus necesidades infantiles de parte del adulto cuidador.

3.    El desdoblamiento agridulce del sentimiento de soledad

Quien ha desarrollado la capacidad de sentirse aceptado y amado y de aceptar y dar amor a los demás, encontrará en los momentos de soledad, el tiempo necesario para encontrarse consigo mismo. Es el tiempo de  la evaluación, de la paz interior, del crecimiento personal. Quien nunca es capaz de vivir los momentos de soledad con sosiego y disfrutando  del tiempo para sí mismo, tampoco podrá abrirse verdaderamente a los demás ni dar de sí mismo a los demás.

            Para el creyente, estos momentos de silencio y soledad interior, son también los momentos para escuchar a Dios, para detenerse y preguntarse, ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Qué quieres Señor hoy de mí?       

Por el contrario, cuanto mayor sea el grado de inseguridad en la propia capacidad de sentirse aceptado y amado, mayor será la tendencia a replegarse sobre sí mismo, donde se puede encontrar la “seguridad” del no sentirse observado y cuestionado o  no tener que dar la lucha constante por ganar la aceptación de los otros, cuando se tiene el peso enorme de la sensación de no merecer el respeto o el amor de los demás.

Este ensimismamiento lleva, por un lado a ese sentimiento angustioso de ansiedad por la ausencia, que mencionábamos antes, pero por otra parte a encontrar un consuelo o muchas veces el autoconvencerse de que no se necesita a los demás, que “más vale estar solo que mal acompañado” y a mirar con desprecio a los demás como una forma de evitar la angustia por la soledad, con lo que el sentimiento de soledad termina siendo agridulce: agrio porque supone la exclusión de los demás, de compartir, de establecer vínculos potentes con otros y por ende la imposibilidad de ser feliz, pero también es dulce porque en cierta forma reafirma a un “yo” neurótico. De esta manera, un sentimiento que provoca sensaciones positivas y negativas al mismo tiempo, tiene una facilidad mucho mayor para perpetuarse.


4.    Gozarse en la incomprensión y una especial vivencia de originalidad

Ésta, es una manera de hacerse fuerte a expensas de la propia debilidad. Al estilo de los antiguos estoicos, si no puede cambiar su destino, lo asume como un acto de su voluntad. El sentir que los demás no lo comprenden, le da un especial estatus, un ser diferente, que por ese sólo hecho le haría ser  mejor que los demás.

            Mientras más  incomprendido, mientras más rechazado, más  refuerza su sensación  de superioridad, que es vivida eufóricamente, sin darse tiempo para analizar lo profundo de sus sentimientos, para no dar así cabida a la expresión de la tremenda angustia que le provoca el enfrentarse desnudo a  la sensación de soledad.

            Quien vive de este modo justificará su aislamiento y su sensación de incomprensión, dando ante los demás un especial realce a su condición de originalidad, que puede expresarse de las más variadas formas, pero siempre sacrificando la posibilidad de alcanzar un contacto profundo con el otro, en el establecimiento de una relación de amistad o de amor generoso y duradero.


5.    Nostalgia de la compañía y origen del sentimiento de autocompasión

            En este punto, -en los momentos en que la persona logra detenerse y mirarse a sí mismo, a raíz de una crisis biográfica o guiado por sus valores o principios morales o religiosos que le muestran la insuficiencia de su vida, con una tremenda incapacidad de vivir en relación, de darse y recibir,- el sentimiento de soledad brota angustioso con esa percepción de que hay algo que los demás  pueden tener y que él o ella no tienen: una especie de paraíso perdido, que se mira a través de una ventana, al cual no se puede acceder;. Es la nostalgia de la compañía, algo que tiene que ver con la esencia misma de la persona humana.

El ser humano es un ser relacional, que se realiza como persona en su relación con los demás. No está hecho para vivir solo. Al captar este vacío, mira y descubre en sí a ese niño  que  sintiéndose desvalido, abandonado, llora al no comprender el por qué  le toca vivir de esta manera, cuando el resto del mundo parece formar una gran fraternidad en que se apoyan unos a otros, en que se miran y se ven. En cambio a él o ella, si es que llegan a mirarle simplemente no le ven.

Surge  así un fuerte sentimiento de autocompasión: “pobrecito/a de mí”, en que  se siente la víctima inocente de toda esta otra masa humana que “injustamente” le ha marginado. De esta forma, ya no será capaz de ver con objetividad su propia actitud frente a la vida y a los demás, sino que atribuirá su angustiosa soledad a esta suerte de injusticia en la que “le ha tocado vivir” y en lugar de crecer, madurar y mirar hacia delante, vivirá replegado sobre sí mismo en el autolamento, la autocompasión y por tanto la creciente pérdida de autoestima.

En muchos casos, la AMS será el mecanismo compensador-evasivo-refugio de toda esta dinámica: ante la pérdida de seguridad y autoestima personal, se buscará en el otro lo que uno piensa carece en sí mismo, en una permanente nostalgia de una compañía que sane, abrace, llene, calme, sustente, … el vacío y la herida interior producida por esta soledad neurótica.

Hemos sido hechos para los demás, eso es lo que da sentido a nuestra vida; el tener nostalgia de la compañía es un pálido recuerdo de eso que está en nuestro inconsciente y que tiene que ver con el origen de la persona y con la memoria de cuál es la cuestión de nuestra vida.



[1] Ver: Elogio de la Soledad, Aquilino Polaino, en:






3. Preguntas de interiorización y asimilación. 





1.Ideas fundamentales del tema.


· La soledad neurótica es la que experimentamos como resultado del desamor y los traumas infantiles, debido a los cuales nos sentimos inseguros, aislados y tristes a pesar de que en muchas ocasiones sí existan a nuestro alrededor numerosas personas que nos valoren y nos quieran.


· El camino de la soledad a la comunión, atraviesa la interioridad. Las experiencias de soledad surgen cuando el hombre se olvida de sí hasta el extremo de renunciar a todo lo que no sea su interioridad, de manera que no se frustre la comunicación primera, el encuentro de los encuentros, sobre cuya base únicamente pueden asentar las otras comunicaciones y los otros encuentros. 



· Se puede sentir soledad rodeado de gente, porque la soledad siempre es ausencia de una relación intensa y satisfactoria, de una comunicación profunda con otra persona, lo que no es lo mismo que cien relaciones superficiales. Los estímulos sociales a los que estamos expuestos, los múltiples modelos y las modernas tecnologías, producen una saturación que rompen con cualquier intento de coherencia en el sí mismo. Escuchar "tantas voces", participar de tantos discursos, deviene en una fragmentación del sentido de sí que se traduce en ese sentimiento de soledad.



· Ese sentimiento prolongado, no deseado ni buscado, desagradable, de no estar relacionado profundamente con alguien, que llamamos soledad, no tiene por qué relacionarse con el aislamiento social. En cambio, sí puede hacerlo con la carencia de proyecto personal, de una red social de contención o una falta en el sentido de trascendencia humana. O sea, aislamiento emocional y aislamiento social son las dos variantes del sentimiento de soledad.



· El ser humano es un ser relacional, que se realiza como persona en su relación con los demás. No está hecho para vivir solo. Al captar este vacío, mira y descubre en sí a ese niño que sintiéndose desvalido, abandonado, llora al no comprender el por qué le toca vivir de esta manera, cuando el resto del mundo parece formar una gran fraternidad en que se apoyan unos a otros, en que se miran y se ven. En cambio a él o ella, si es que llegan a mirarle simplemente no le ven. 



2. ¿Con qué frecuencia te sientes solo? ¿Qué sentimientos acompañan a esa soledad?


Muy poco, sólo experimento la intensidad de esa sensación en los momentos en que la lucha contra el TOC es muy dura, me recuerda que en esta guerra estoy completamente solo, sin amigos y sin mentores, pero también me anima a luchar con más fuerza para brindar luz y conocimiento a los que sufren como yo y que no cuentan con mis capacidades.



Me gustaría tener amigos verdaderos, que aunque no conozcan mi lucha contra el TOC, sean una fuente de apoyo mutuo para conquistar los demás niveles de la vida.




3. ¿A qué has atribuido normalmente tu soledad? ¿Cómo se manifiesta tu soledad neurótica? ¿Qué mecanismos utilizas?


No experimento soledad neurótica, la soledad que habita en mi vida es producto de la batalla sin precedentes contra el TOC, y una consecuencia misma de esa dificultad cerebral, el TOC interfiere seriamente en mis relaciones sociales inclinándome mucho hacia el horizonte del aislamiento social. Hubo un tiempo en que esa soledad fue neurótica, en que dominaba mi vida la desesperación emocional y el infantilismo, que se manifestaba, en conductas como la adicción sexual y la búsqueda de sexo anónimo.



En este momento de mi vida cuento con mucha madurez y con valiosas herramientas de trabajo, aprendí a posponer la satisfacción de las necesidades emocionales, también aprendí a manipular las emociones y los sentimientos para que actúen a mi favor. Ya no tengo adicciones, y puedo tolerar la soledad en un nivel muy alto, me encuentro libre al 100% de los sentimientos de autocompasión.




4. A la luz de lo leído, en tu situación personal, ¿cuáles pueden las causas más reales de que te sientas solo?


La presencia del TOC conlleva sensaciones de soledad, incomprensión, aburrimiento y apatía social; puedo manejar esa situación hasta cierto punto, pero no puedo ignorar la realidad de que poseo vacíos afectivos y un instinto que me predispone a anhelar la compañía y la amistad de las otras personas.




5. ¿Qué relación descubres entre tu soledad neurótica y tu AMS? En este sentido, ¿qué buscas o has buscado en tu relación con los otros, en tu adición a la pornografía, en la vivencia de tu masturbación,…? ¿Eres consciente de la “trampa”, del “camino equivocado” en el que has caído?


Esta pregunta no aplica. Ya superé al 100% mis adicciones sexuales, este es un tema muy importante que compartiré en otra ocasión, y que les ayudará mucho a romper con esa círculo vicioso y dar vida a nuevos engramas mentales, aunque en la superación de este problema tuvo mucho que ver el TOC, irónicamente en contradicción con la relación existente entre TOC y adicciones, o neurosis obsesiva y adicciones.




6. ¿Qué podrías hacer para mejorar esta situación? Plantea una serie de pasos concretos para salir de esa “trampa” en la que estás.


El problema ya fue resuelto.





4. Ejercicios prácticos para la aplicación a la vida de todo lo trabajado en la Ficha.






1. Procura prestar atención durante el día a tus sentimientos de soledad. Anota en un cuaderno cómo te sientes en ese momento; si lo vives con angustia o con tranquilidad. Detecta las manifestaciones de soledad neurótica.
Vivo mi soledad con tranquilidad, la soledad neurótica no tiene presencia en mi vida.



2. Con posterioridad, tal vez en la noche, trata de distinguir en qué circunstancias aparecieron estos sentimientos y si fueron vividos negativamente, procura precisar el entorno, las condiciones que pudieron favorecer su aparición, tu estado de ánimo previo y posterior.
La soledad y el aislamiento son favorecidos por el mecanismo TOC.



3. Intenta ir creando espacios y tiempos para encontrarte a ti mismo, en los cuales, estando solo, seas capaz de tener en tus pensamientos a las personas que te son significativas y en ese contexto procura darle forma a tu proyecto de vida.
En esto soy extremadamente hábil, me conozco a mi mismo en un 100% y tengo muy claro lo que quiero de la vida y lo que ella quiere de mí.




5. Testimonios. 





En el testimonio de estos dos chicos adolescentes, vemos como en la base de sus conflictos emocionales brota con tremenda fuerza el sentimiento de soledad, que es insistentemente repetido: estaba solo, solo…



El caso es que al siguiente año, ya cuando tenia 14; mis dos amigos perdieron el Año también (y el otro, el que conocí a los 12 años también lo perdió), la verdad es que el nivel del colegio es duro.



Pero acá es donde empieza el drama de esta historia, todos mis amigos habían perdido, incluso con los que poco me hablaba también. Estaba prácticamente rodeado de gente desconocida, con la que compartí 5 años de estudio pero que no conocía..Fue en ese momento cuando me sentí muy solo, realmente lo estaba.

Fue en ese momento cuando deje de visitar a mi primo en vacaciones, y no volví a ver a los amigos que hice allá. Fue en ese momento cuando por primera vez, me acerqué a internet pero no pasó mucho.



Fue un momento muy horrible: iba al colegio, las clases las tenia normal y en los descansos me ponía a buscar a mis amigos a ver si los veía para pasar el tiempo con ellos; al principio si fue así.. Ya después ellos consiguieron nuevos amigos en el curso de "abajo" y yo me quedé solo en donde estaba.



Ahora pensándolo, en esos momentos de la vida es cuando uno realmente necesita estar más acompañado, rodearse de gente q lo quiera a uno, pero ahora que me acuerdo de esos momentos, me la pasaba deambulando sólo por el recreo como un bobo, como un autista no se..Es algo realmente deprimente… Fue la peor época que pude pasar.. Entonces seguía cada vez mas enviciado a videojuegos.. A pasarme toda la tarde estudiando y jugando, nada más. A pasarme todas las mañanas en los recreos solo… Literalmente solo. Esperando que pasara el tiempo para entrar a clases para hacer algo, para llegar a mi casa, para jugar videojuegos….



Cuaderno de Camilo_17 Colombia



En el siguiente testimonio, Samu ilustra muy bien como el sentimiento de soledad aflora especialmente en aquellos momentos en que su autoestima o su “humor” están decaídos.


Mi vida estaba muy mal , me sentía rechazado por mis compañeros , solo tenia 2 amigas , todos me insultaban , no se si seria acoso ya lo tengo bastante olvidado , y en esa etapa fue cuando me empezó a doler la palabra “soledad” pero solo cuando estaba cabreado , de mal humor o bajo de autoestima , por ejemplo ahora mismo no me afecta mucho , pero cuando estoy mal es lo peor que me pueden decir; cuando me empezó a pasar esto, pensaba que era que tenia curiosidad de cómo iba a ser de mayor y por eso me excitaba y tal, pero fui viendo que no , que era un problema…


Cuaderno de Samu 13 _ España




Responde: 





1. ¿Qué destacas de estos testimonios?


El efecto negativo de la soledad neurótica y sus consecuencias emocionales que conllevan al aislamiento y la autocompasión.





2. ¿Con qué aspectos de estos testimonios te sientes identificado? ¿Por qué?


En este momento con nada, pero alguna vez fui muy parecido a Camilo, de hecho, cuando nos conocimos y fuimos amigos compartimos muchos aspectos de nuestra historia que guardaban grandes similitudes



3. ¿Qué aspectos de estos testimonios son “pistas” importantes para tu Autoayuda? ¿Por qué?


No me aportan nada nuevo.







6. Ejercicios de Auto Conocimiento Personal





1. Busca un HECHO representativo, pasado o presente, que hayas vivido y que tenga relación con alguno de los puntos estudiados en esta Ficha.


Mi soledad neurótica de antaño.




2. Describe tus emociones o sentimientos con relación a este hecho.


Me autocompadecía mucho, tenía sentimientos de inferioridad, baja autoestima y exceso de culpa.




3. Describe los pensamientos automáticos negativos que te vienen a la mente al vivir o recordar este hecho.


En esos tiempos no sabía que tenía TOC, así que me culpaba a mi mismo por todo lo negativo que me pasaba y por la presencia de tantas frustraciones. Después encontré la verdad y aprendí la manera de superar la soledad neurótica y eliminar todos los sentimientos de autocompasión, que llevó al mejoramiento de mi autoestima.




4. Desde lo que has descubierto y aprendido en esta ficha responde racionalmente a cada uno de los pensamientos automáticos anteriores. 


Ya fueron superados.




5. Qué resultado se produce en ti al contrastar tus pensamientos y tus emociones y las respuestas racionales. 


Siento el gran equilibrio emocional que poseo, eso me hace sentir muy bien y muy seguro de mi mismo, estoy muy orgulloso de mis logros y de lo lejos que he llegado en esta aventura.




6. Escribe 3 acciones, compromisos o actitudes que vas a realizar en estas dos próximas semanas para madurar tu personalidad en este aspecto. 


El problema ya fue resuelto.



7. Revisa si has cumplido satisfactoriamente los compromisos de la Ficha anterior. 


Sí.




7. Recursos para profundizar (Trabaja al menos uno de estos recursos cada Ficha):



Artículos:



· Elogio de la soledad, Aquilino Polaino, en:

· Soledad y compañía. Doble juego en tensión, Aquilino Polaino, en:



Interesante artículo, relaciona la ambivalencia que existe entre soledad y compañía, y expone con claridad la realidad que la necesidad de compañía y soledad se encuentran codificadas en el ADN. El artículo me recuerda la gran importancia de la amistad y los vínculos afectivos profundos.







· Conocerse uno mismo, Alfonso Aguilló,en:



· Ayúdate, que yo te ayudaré. Courage Latino, en:


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