¿un aspecto positivo de la pornografía?
Lunes, 21 de septiembre de
2009
Mi primer y
principal objetivo en este momento es solucionar este problema TOC, pues
terminar con el suplicio significa también terminar con cualquier otra forma de
sufrimiento emocional y estrés, porque del TOC se han derivado todas esas
defensas psicológicas que he descrito anteriormente en otros apartes y que han
sido medios de subsistencia y contraataque
inconsciente.
Si bien mi obsesión por el sexo terminó
hace años, aún puedo sentir elementos primarios que se activan en los momentos
de máxima tensión y que despiertan viejas añoranzas por el terreno lujurioso,
porque definitivamente es un hecho comprobado que el sexo es el elemento
relajante de más intensidad y más fácil accceso para toda persona, ya sea en
ambiente imaginativo o propiamente en un acto concreto; científicamente está
comprobado que la actividad sexual es el mayor generador de endorfinas, su
efecto dopamínico es de acción inmediata y absoluta, por eso resulta tan
adictivo y tan difícil de superar por medios
convencionales.
Si bien el sexo
no tiene primacía ni mella en mi vida, el elementos sexopático de la pornografía
ha estado tomando fuerza últimamente, o mejor dicho, en esas terribles semanas
en que a duras penas logré mantenerme con vida, si le di importancia fue debido
a que utilizar algo que agreda las obsesiones de hipermoralidad me resulta
gratificante y liberador, asi simplemente puedo deshacerme de elementos de
autoculpa contenidos en alto nivel dentro de ese tipo de obsesión; pero, a la
vez, también significa llevar a cabo un ritual, un acto compulsivo, que
consecuentemente se convierte en una trampa que fortalece el círculo
TOC.
Por eso motivo le mantengo gran prevención
al asunto, y en los últimos días he constatado que la liberación del TOC
significa también liberación de los elementos sexopáticos y parafílicos que
persisten en mi.
A veces la
pornografía se utiliza como tratamiento médico en pacientes cuyo sufrimiento
emocional resulta intolerable y casi demencial, pero, no se prescribe tan a
menudo por el elemento ético que hay de fondo respecto a la aprobación de tales
materiales como medios de tratamiento.
Sí es cierto
que la pornografía me desagrada y es un comportamiento muy infantil, hay que
tener en cuenta que hay muchos pacientes que se han apegado tanto a ella que
prácticamente la han convertido en un muy querido juguete que no están
dispuestos a dejar de lado porque de alguna manera les ha brindado seguridad e
inconscientemente saben que de alguna manera les ha ayudado a sobrellevar las
dificultades de la vida, así sea en un sentido meramente pueril, eso es muy
propio de mentes neuróticas y con problemas mentales
complejos.
Una vez expuse las razones por las cuales
detesto la pornografía y las mantengo vivas, pero, la principal de todas es mi
deseo de liberarme de todas las ataduras y debilidades humanas para estar
siempre avanzando por un camino evolutivo de gran desarrollo mental, de manera
que siempre me va a costar mucho ver pornografía porque los objetivos están
siempre frente a mis ojos, y en última instancia puedo ver o no ver pornografía
si así lo deseo, ya no soy el mismo tonto de antes a quien sus trastornos
obligaban a hacer lo que se les viniera en gana o aquel boludo a quien las
presiones sociales moralistas hacían sucumbir en la culpa. No, ya no soy la
misma persona de antes fácilmente manipulable por la culpa o las opiniones
ajenas.
Esta semana
hice un descubrimiento muy interesante que podría ser un paso gigantesco en la
comprensión del TOC y las mal llamadas enfermedades mentales. Descubrí que las
enfermedades mentales son en realidad expresiones de funcionamientos cerebrales
complejos derivados de accesos a zonas inactivas del cerebro o zonas activas
hiperestimuladas por factores ambientales específicos.
De manera que, las enfermedades mentales son en realidad
efectos secundarios de usos avanzados de ciertas zonas del cerebro, y dado que
no forman parte de los genes activos, su utilización, que se genera
inconscientemente por factores variables, degenera en descontrol y exceso de
actividad cerebral que conlleva a desgaste físico y colapso
nervioso.
En otras palabras, se presentan
fortuitamente en algún momento de la vida activadas por una serie de eventos
progresivos y continuos, y como la persona no está acostumbrada a manejar estas
capacidades de su cerebro, termina siendo controlado o manipulado por éstas
quedando atrapado en un callejón aparentemente sin salida, y lleno de malestar
psicológico por la inusual amenaza que tal condición representa para el
funcionamiento correcto de su vida vista desde el enfoque de normalidad
social.
Esta teoría requiere un estudio profundo, y
pienso que no soy la primera persona en el mundo que se plantea esta posibilidad
respecto a la verdadera naturaleza de los problemas mentales, los
neurocientíficos ya han avanzado notablemente por esta senda respecto a ver en
los trastornos del espectro autista esa posibilidad de que sean en realidad un
efecto secundario negativo de capacidades cerebrales de alto nivel; también es
muy conocido en el mundo que las mentes más grandes y brillantes de la historia
humana han tenido mucho que ver con las enfermedades mentales en algún momento
de sus vidas.
Yo no me voy a dedicar en este momento a
explorar este campo, pues mi descubrimiento concierne específicamente al TOC, y
un poco al trastorno afectivo bipolar, pero sobre este último no hablaré. Lo que
he descubierto es que el TOC es en realidad una fase intermedia de una
superhabilidad conocida como APTITUD INTUITIVA, de cuyo estudio se han
desprendido muchas bases para sustentar teorías más propias de la ciencia
ficción, y que en un no muy lejano futuro dejarán de ser tales.
No te has evaluado como asperger?
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