Autoestima y crítica patológica
Viernes, 07 de agosto de 2009
CULTIVAR
LA AUTOESTIMA
Programa de Autoayuda basado en el libro de Self-Esteem
Matthew Mckay, & Patrick Fanning
Programa de Autoayuda basado en el libro de Self-Esteem
Matthew Mckay, & Patrick Fanning
FICHA
1.
LA NATURALEZA DE LA
AUTO-ESTIMA
La auto-estima es esencial para la supervivencia
psicológica. Sin auto-valor, la vida puede ser enormemente dolorosa, sin que
muchas necesidades básicas lleguen a satisfacerse.
Uno de los principales factores que
diferencian a los humanos de los demás animales es la conciencia del yo: La
capacidad de formar una identidad y luego atribuirle un valor. En otras
palabras, tienes la capacidad de definir quién eres y luego de decidir si te
gusta o no esa identidad. El problema de la
auto-estima es la capacidad humana de juzgar. Una cosa es que no te gusten
ciertos colores, ruidos, formas o sensaciones. Pero cuando rechazas partes de ti
mismo, dañas enormemente las estructuras psicológicas que literalmente te
mantienen con “vida”.
Auto-aceptación. La autoestima es algo más que reconocer
simplemente las cualidades positivas que se poseen. Es una actitud de aceptación
y de no juzgarse ni a sí mismo ni a los demás.
Ejercicio:
Conócete a ti
mismo
Describe los
problemas que enfrentas a causa de tu baja autoestima.
Las dificultades
que experimento en materia de autoestima están íntimamente ligadas al TOC. Mi
autoestima se dañó en el momento en que este padecimiento cobró vida, y tomó
literalmente el control de mi propia mente, emociones y
sentimientos.
La incapacidad que
la enfermedad me ha creado para operar eficientemente en la vida y resolver los
problemas más comunes, es la causa de la totalidad de mis vacíos psicológicos y
frustraciones en general.
En general, sin la
presencia del TOC, yo poseo un sentido de autoestima alto, incluso con el TOC de
por medio, mi autoestima no es tan baja, increíblemente he logrado mejorar
muchísimo peleando contra viento y marea a pesar de la incapacidad inherente. En
los momentos en que el TOC me ha abandonado parcialmente, he podido corroborar
esa gran e importante verdad.
El trastorno
dismórfico corporal conectado al TOC fue un aspecto que afectó seriamente mi
autoestima en la adolescencia, y en este momento aún existen pequeños matices
heredados de ese problema derivado del núcleo TOC.
FICHA
2.
LA CRÍTICA PATOLÓGICA
La
crítica patológica es un término acuñado por el psicólogo
Eugene Sagan que describe la voz
interior
negativa que te ataca y te juzga.
La gente con baja
auto-estima tiende a tener una crítica más viciosa y patológica
vehemente.
Lo primero y
más importante que tienes que saber sobre tu crítica es que independientemente
de lo distorsionados y falsos que puedan ser sus ataques, casi siempre se
creen.
Una crítica alta y locuaz es enormemente tóxica. Es más
venenosa para tu salud psicológica que cualquier trauma o pérdida. Esto se debe
a que la aflicción y el dolor desaparecen con el tiempo. Pero la crítica
está siempre contigo –juzgándote, acusándote,
encontrándote culpable. No tienes defensa contra ella.
“Ahí
vas otra vez”, te dice, “Eres un idiota”. Y de forma
automática comienzas a sentirte mal, como un niño al que le han dado un bofetón
por decir algo malo.
La crítica
tiene muchas armas. Entre las más eficaces están los valores y las reglas de
vivir con lo que crecías. La crítica tiene un medio para poner tus “deberías”
contra ti. Compara cómo estás con cómo deberías estar y te juzga incompetente o
equivocado.
Por qué escuchas la
crítica.
Escuchas la
crítica porque es muy gratificante hacerlo. Aunque parezca increíble, la crítica
te ayuda a satisfacer ciertas necesidades básicas y escuchar sus ataques brutales puede ser reforzador. ¿Pero
cómo puede ser reforzador tanto dolor? ¿Cómo puede ser que atacarte a ti mismo
sea lo menos agradable o ayude a satisfacer tus necesidades?
El primer paso para comprender la función de tu crítica es reconocer
que todos tenemos necesidades básicas. Todo el mundo necesita
sentirse:
- Seguro y sin miedo.
- Eficaz y competente en el mundo.
- Aceptado por los padres y otras personas significativas.
- Un sentido de valor y de estar bien en la mayoría de las situaciones.
La gente
que tiene una autoestima adecuada tiende a tener unas estrategias diferentes
para satisfacer esas necesidades a las de las personas con baja autoestima. Si
tienes una autoestima adecuada, también tendrás confianza en ti mismo. Te
encuentras seguro al afrontar o eliminar cosas que te aterrorizan.
Solucionas los problemas en vez de preocuparte por ellos y encuentras
medios para hacer que la gente te responda de forma positiva. Afrontas
directamente los conflictos interpersonales más que esperar que pasen. Por el
contrario, la baja autoestima te quita la confianza.
No te sientes con capacidad para afrontar la ansiedad, los problemas
interpersonales o de arriesgarte. La vida es más dolorosa porque no te sientes
eficaz y es dura la ansiedad que supone el que cambien las
cosas.
Aquí es donde
entra la crítica. La gente con baja autoestima suele depender de la crítica para
que les ayude a afrontar los sentimientos de ansiedad, impotencia, rechazo e
incompetencia. Paradójicamente, al mismo tiempo que la crítica te da una paliza,
también hace que te sientas mejor.
Es por esto por lo que es tan difícil quitarte la crítica
de encima. Puede jugar un papel crucial para hacerte sentir más seguro y cómodo
en el mundo. Desafortunadamente, el precio que tienes que pagar por el respaldo
de la crítica es muy alto y mina tu sentido de valor. Pero te sientes obligado a
seguir escuchándola porque cada vez que salta la crítica te sientes algo menos
ansioso, menos incompetente, menos impotente o menos vulnerable a los
demás.
Atrapar tu
crítica
Para llegar a
controlar la crítica, primero tienes que ser capaz de oírla. En todo momento
consciente de tu vida, estás entablando un monólogo interior. Estás
interpretando la experiencia, solucionando un problema, especulando sobre el
futuro, revisando acontecimientos del pasado. La mayor parte de este monólogo
continuo es útil o en el peor de los casos inocuo.
Pero en algún lugar oculto del monólogo
pone en tela de juicio a la crítica. Atrapar la crítica cuando te menosprecias
requiere una vigilancia especial. Tienes que seguir escuchando en el interfono
de tu monólogo interior. Tienes que darte cuenta de la crítica cuando dice:
“Estúpido… Otro fallo tonto… Eres débil…
nunca conseguirás un trabajo porque no estás bien… Eres malo con la
conversación… le cortas el rollo”.
A veces la crítica te golpea
con imágenes de errores del pasado. A veces no utiliza palabras ni imágenes. El
pensamiento llega como una conciencia, un conocimiento, una impresión. La
crítica es como un rayo que parece estar más allá del ámbito del lenguaje. Un
vendedor lo expresa de esta forma: “Hay veces en que simplemente sé que estoy perdiendo mi vida. Puedo
sentir ese vacío. Es como una pesadez de
estómago”.
Atrapar la crítica lleva consigo un
compromiso. Tendrás que ser consciente especialmente de tu monólogo interior en
las situaciones problemáticas:
- Conocer extraños
- Contactar con personas que te parecen atractivas sexualmente
- Situaciones en las que has cometido un error.
- Situaciones en las que te sientes criticado y estás a la defensiva
- Interacciones con figuras de autoridad
- Situaciones en las que te sientes herido o alguien se ha enfadado contigo
- Situaciones en las que te arriesgas al rechazo o al fracaso
- Conversaciones con los padres o con alguien que podría ser desaprobatorio
Ejercicio
Calla al crítico
patológico
Controla tu crítica. Por un día, permanece lo
más vigilante que puedas para los auto-ataques. Cuenta el número de
declaraciones críticas que te haces a ti mismo. Puedes quedarte sorprendido de
la frecuencia con que tu monólogo interno gira a una auto-evaluación negativa.
El segundo día y el tercero da un paso más. En vez de contar simplemente los
ataques de la crítica, ten un libro de notas a mano y escríbelos.
Cuanto más auto-ataques escribas, mejor. Felicítate si atrapas al
menos diez de los dardos de la crítica cada
día.
Después de
llevar a cabo este ejercicio describe para cada pensamiento crítico que has anotado en
tu libro de
notas, la función de ese pensamiento -cómo es reforzado positiva o negativamente-, cómo hace que te sientas y qué puedes hacer
para
evitarlo.
Este tema es muy
importante y fundamental. La crítica patológica o autocrítico crónico es un
aspecto relevante del TOC, desempeña la misma función que se expone en esta
ficha, pero, en la persona con TOC, el autocrítico ha evolucionado a un nivel
superior convirtiéndose en la compulsión nuclear del trastorno, a pasado de ser
simplemente un elemento psicológico nocivo, a convertirse en una realidad
neurobiológica.
Dado que el cerebro no
funciona bien, el autocrítico es ese automatismo cerebral que escanea todos los
pensamientos, acciones, deseos, palabras... en busca de posibles errores
forzando la voluntad a detenerse a confrontar; es un impulso que hace que la
persona con TOC no sea capaz de cambiar automáticamente de un
pensamiento-conducta, a otro pensamiento-conducta nuevo. Esta compulsión
es la más compleja de erradicar y la que origina un altísimo nivel de ansiedad
dado que hace perder mucho tiempo e impide decidir
libremente.
Cualquier cosa en mi vida es susceptible a
esta compulsión, aún por más absurda y pequeña que
parezca.
No necesito tratar de identificar la crítica
patológica porque la reconozco perfectamente; es contraproducente para una
persona con TOC tratar de analizarla o llevar un record de sus manifestaciones,
debido a que ya no es simplemente un acto psicológico, a transcendido al plano
biológico y hay que erradicarla de otra manera, que no es
fácil.
Para mí, tratar de forzarla a desaparecer o
racionalizarla, no sirve, al contrario, la fortalece, porque dicha acción se
convierte en una compulsión derivada conectada a la obsesión HIPERCONTROL. Lo
único útil para la persona con TOC es ignorarla y combatirla indirectamente
enfocando toda la atención en la siguiente
acción.
Se trata de un desequilibrio bioquímico que
solo se puede erradicar creando una nueva manera de reaccionar
cognitivo-conductualmente.
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