Visión Global de la Sexualidad




Lunes, 02 de mayo de 2011




Tema 3
Madurar la Dimensión Sexual
Ficha 3.1
Visión Global de la Sexualidad







1. Planteamiento de la Ficha y Objetivos a conseguir.



En ocasiones, miramos la realidad pero no somos capaces de verla en su totalidad. La sexualidad humana tiene una realidad visible a través del cuerpo y una realidad no visible en el interior de la persona, que conjuntamente, expresan su verdadero significado. La comprensión del verdadero significado de la sexualidad humana[1] lleva consigo reconocer y asumir el verdadero significado de ser persona humana. Quien ama de verdad quiere conocer más y mejor a la persona amada.




Objetivos:



1. Conocer la relación entre persona humana, cuerpo y sexualidad a través de la experiencia.
2. Descubrir, valorar y admirarse del maravilloso y verdadero significado de la sexualidad humana, como don para el Amor.
3. Descubrir que la sexualidad abarca las tres dimensiones de la persona humana.
4. Conocer las ayudas que gobiernan y ordenan la sexualidad humana.




2. Exposición del tema. 





Esquema:


1. Definición de sexualidad. La experiencia humana originaria como punto de partida para conocer el verdadero significado de la sexualidad. 
2. Visión integral de la persona humana. Relación entre persona y sexualidad. 
3. La sexualidad y la AMS
4. ¿Qué hacer al respecto?




1. La experiencia humana originaria como punto de partida para conocer el verdadero significado de la sexualidad


La persona humana se expresa y realiza a través de su sexualidad, y se visibiliza en su cuerpo sexuado como varón y mujer. Aquellos que consideren a la persona humana como un medio para la obtención de placer o de dominio, y no como un fin en sí misma, con el derecho de ser respetada y amada, tampoco reconocerán la verdadera sabiduría de la sexualidad.

El término sexualidad puede significar tanto la facultad sexual como el ejercicio de esa facultad. La bondad de la sexualidad humana tiene dos aspectos inseparables entre sí como las dos caras de una moneda:

1)    Es capaz de poner las condiciones para concepción de una nueva persona (Dimensión procreadora).
2)     Es capaz de expresar la comunión de donación interpersonal entre el varón y la mujer abarcando las tres dimensiones de la persona.
(Dimensión unitiva).

Lo que caracteriza a la actividad sexual frente a otras actividades humanas es que tiende implicar a la persona en su totalidad y que puede poner las condiciones para que exista una nueva persona.

Significado de la sexualidad

4. La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo de la personalidad y de su proceso educativo: «A la verdad en el sexo radican las notas características que constituyen a las personas como varones y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la sociedad».

5. La sexualidad caracteriza al varón y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el psicológico y espiritual con su impronta consiguiente en todas sus manifestaciones. Esta diversidad, aneja a la complementariedad de los dos sexos, responde cumplidamente al diseño de Dios en la vocación enderezada a cada uno.

La genitalidad, orientada a la procreación, es la expresión máxima, en el plano físico, de la comunión de amor de los cónyuges. Arrancada de este contexto de don recíproco —realidad que el cristiano vive sostenido y enriquecido de una manera muy especial, por la gracia de Dios— la genitalidad pierde su significado, cede al egoísmo individual y pasa a ser un desorden moral.

6. La sexualidad orientada, elevada e integrada por el amor adquiere verdadera calidad humana. En el cuadro del desarrollo biológico y psíquico, crece armónicamente y sólo se realiza en sentido pleno con la conquista de la madurez afectiva que se manifiesta en el amor desinteresado y en la total donación de sí [1].


La persona humana puede ejercer su sexualidad a través de la vida matrimonial, en la unión conyugal (carnal) de los esposos, o  expresar su sexualidad a través de la elección del celibato o virginidad (absteniéndose de cualquier actividad sexual).

¿Qué tipo de experiencias humanas nos ayudan a entender el verdadero significado de la sexualidad?

Existe una relación inseparable entre experiencia[2], persona, cuerpo y sexualidad. La misma persona es a la vez objeto y sujeto de experiencias a través de su cuerpo. A través del conocimiento y de la conciencia, la persona humana experimenta la realidad de manera particular y por eso decimos: “a mí me parece, yo creo qué, etc.” Cuando alguien nos da una bofetada, experimentamos muchas cosas que nos son visibles: dolor físico, vergüenza, rabia, humillación, etc.

Todo ser humano, desde el principio de su existencia como especie, participa  de experiencias originarias y comunes que conducen su experiencia subjetiva a comprender el verdadero significado de su sexualidad:

1) La primera experiencia humana común es el descubrimiento por el primer ser humano de su diferencia corporal con respecto al resto de los animales de la naturaleza. Es una experiencia de soledad y a la vez de deseo de encontrar a alguien similar a él. Este primer ser humano, desde su origen, se siente diferente con respecto al resto de las criaturas que le rodean del reino animal. ¿Cómo descubre el ser humano que es diferente respecto al resto de las criaturas que lo rodean? Porque su cuerpo es diferente del resto de ellas. Por lo tanto,  la persona vincula esta soledad originaria con el conocimiento del cuerpo, a través del cual, el ser humano se distingue del resto de  los animales no racionales.

Conclusión de esta primera experiencia humana: El cuerpo expresa a la persona. Cuando vemos un cuerpo humano vemos a una persona humana. El cuerpo humano es diferente del cuerpo de los animales. Esta diferencia le da a la persona humana una certeza: yo no soy como ellos. Mi cuerpo y mi sexualidad es diferente de los animales no racionales.

2)  Además, el primer ser humano vive una segunda experiencia común: salir de esta soledad originaria ante el encuentro de alguien que es igual a él en humanidad, pero diferente en su corporeidad y por lo tanto es su sexualidad. El varón descubre a la mujer y la mujer al varón. Descubre que está llamado a la comunión y a la unidad en la diferencia y en la complementariedad. El mutuo descubrimiento de sus diferencias les revela a ambos quienes no son, y por lo tanto quienes son. Es decir:

Yo no soy mujer, luego soy varón”; “yo no soy varón, luego soy mujer”. La masculinidad y la feminidad expresan la conciencia de identidad del propio cuerpo y de diferencia con respecto al del otro sexo. El varón y la mujer son dos modos sexuados de ser cuerpo. La feminidad se encuentra a sí misma frente a la masculinidad, mientras que la masculinidad se confirma a través de la feminidad.

3) La tercera experiencia que se une a las dos anteriores es que la existencia humana como varón y mujer nos viene dada como un don[3], gratis, sin pedirlo, sin solicitarlo. Nadie nos ha preguntado si queríamos existir. El nacimiento de nuestro ser personal como varón o mujer nos ha sido dado desde el principio de nuestra existencia por puro amor.

Por lo tanto, ser persona humana sexuada como varón o mujer significa existir por un don gratuito y existir para alguien, como otro don, y es ahí donde la sexualidad cobra su verdadero significado. La sexualidad está abierta a la donación.

De esta manera, comprendemos que la sexualidad alcanza su expresión más profunda en el amor personal de donación mutuo entre varón y mujer. Al mismo tiempo que la persona, varón/mujer, experimenta que es un don, una ayuda para el otro, experimenta su diferencia respecto el otro, tanto en su dimensión biológica, como psicológica y espiritual.

El amor y la sexualidad humana

10. El hombre está llamado al amor y al don de sí en su unidad corpóreo-espiritual. Feminidad y masculinidad son dones complementarios, en cuya virtud la sexualidad humana es parte integrante de la concreta capacidad de amar que Dios ha inscrito en el varón y en la mujer. « La sexualidad es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano ».

Esta capacidad de amar como don de sí tiene, por tanto, su « encarnación » en el carácter esponsal del cuerpo, en el cual está inscrita la masculinidad y la feminidad de la persona. « El cuerpo humano, con su sexo, y con su masculinidad y feminidad visto en el misterio mismo de la creación, es no sólo fuente de fecundidad y de procreación, como en todo el orden natural, sino que incluye desde el « principio » el atributo « esponsalicio », es decir, la capacidad de expresar el amor: ese amor precisamente en el que el hombre-persona se convierte en don y —mediante este don— realiza el sentido mismo de su ser y existir ». Toda forma de amor tiene siempre esta connotación masculino-femenina.

11. La sexualidad humana es un Bien: parte del don que Dios vio que « era muy bueno » cuando creó la persona humana a su imagen y semejanza, y « varón y mujer los creó » (Gn 1, 27). En cuanto modalidad de relacionarse y abrirse a los otros, la sexualidad tiene como fin intrínseco el amor, más precisamente el amor como donación y acogida, como dar y recibir.

La relación entre un varón y una mujer es esencialmente una relación de amor: « La sexualidad orientada, elevada e integrada por el amor adquiere verdadera calidad humana ». Cuando dicho amor se actúa en el matrimonio, el don de sí expresa, a través del cuerpo, la complementariedad y la totalidad del don; el amor conyugal llega a ser, entonces, una fuerza que enriquece y hace crecer a las personas y, al mismo tiempo, contribuye a alimentar la civilización del amor; cuando por el contrario falta el sentido y el significado del don en la sexualidad, se introduce « una civilización de las "cosas" y no de las "personas"; una civilización en la que las personas se usan como si fueran cosas. En el contexto de la civilización del placer la mujer puede llegar a ser un objeto para el varón, los hijos un obstáculo para los padres »[4].


Como conclusión de este punto podemos afirmar que el cuerpo de cada persona tiene un lenguaje de DONACIÓN expresado en la sexualidad, con la misión específica de poder vivir el amor de comunión y solidaridad en el marco del matrimonio y de la familia. El varón y la mujer uniéndose entre sí en el acto conyugal se  donan y se reciben mutuamente, se hacen una sola carne. Uniendo sus cuerpos, unen sus personas, unen sus corazones, unen su espíritu. El acto sexual es la entrega total del cuerpo como expresión de la entrega total de la persona en una relación definitiva, fiel, que desea la exclusividad y que puede transmitir la vida.

Por lo tanto, el verdadero significado de la palabra sexualidad nos remite a la experiencia de donación entre varón y mujer, que hacen capaces un amor verdadero y posibilitan con ello la perpetuación de la especie:

La sexualidad humana es una potente llamada a la unidad entre el varón y la mujer, que promete una plenitud[5] precisamente en la comunión de las personas[6]”.

La sexualidad es una facultad constitutiva de la persona que implica particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con el otro [7].

Aceptar la dignidad y la belleza de la sexualidad masculina y femenina está lejos de todo puritanismo. La desnudez del cuerpo nos habla de su persona. Es la mirada sobre ese cuerpo la que puede violentar su dignidad. Cuando el varón y la mujer se miran con una mirada de admiración, descubriendo la belleza  interior  del otro, y no con una mirada de dominio no sienten vergüenza. Cuando el varón y la mujer utilizan y dominan el cuerpo del otro aparece la vergüenza porque el otro tiene miedo de ser utilizado. El pudor es una defensa que tiene la naturaleza humana para evitar que manipulen su cuerpo:

El pudor, elemento fundamental de la personalidad, se puede considerar en el plano educativo como la conciencia vigilante en defensa de la dignidad del hombre y del amor auténtico. Tiende a reaccionar ante ciertas actitudes y a frenar comportamientos que ensombrecen la dignidad de la persona. Es un medio necesario y eficaz para dominar los instintos, hacer florecer el amor verdadero e integrar la vida afectivo-sexual en el marco armonioso de la persona. El pudor entraña grandes posibilidades pedagógicas, y merece por tanto, ser valorizado. Niños y jóvenes aprenderán así a respetar el propio cuerpo como don de Dios, miembro de Cristo y templo del Espíritu Santo; aprenderán a resistir al mal que les rodea, a tener una mirada y una imaginación limpias y a buscar el manifestar en el encuentro afectivo con los demás un amor verdaderamente humano con todos sus elementos espirituales [8].



2. Visión integral de la persona humana. Relación entre persona y sexualidad.


La ciencia que estudia al Hombre[9] (varón/mujer)  refleja que siendo éste capaz de realizar acciones diferentes de los animales también tiene necesidades diferentes de los mismos. El ser humano asume todas las funciones específicas de los seres vivos: nutrición, crecimiento y reproducción pero las realiza al modo humano, es decir de modo racional y libre. El ser humano es capaz de autoconciencia y elección de conductas, y los animales no; esto también afecta a su conducta sexual.

La persona humana es una unidad inseparable de cuerpo y espíritu; es al mismo tiempo cuerpo y espíritu.

1. La persona humana es un individuo único, irrepetible, singular, insustituible. Expresa lo más perfecto de la creación. Ninguna persona puede sustituir a otra. Cada persona emerge desde la concepción como una novedad y merece ser tratada como un fin en sí misma no como un medio.

2. La persona humana es un “ser racional” en su esencia, en su naturaleza porque es un ser espiritual. Ser racional es un modo de ser con capacidad de inteligencia, memoria y voluntad.

3. La persona es un ser relacional: con capacidad y necesidad de un diálogo interpersonal. La persona existe en función de un tú.

4. El espíritu le comunica la vida al cuerpo. El hombre exterior, dice Ortega, está habitado por el hombre interior. El espíritu, que es una realidad indivisible, le comunica a la persona la conciencia de ser alguien, del yo y la capacidad de autodominio y de autotrascenderse, de salir de sí mismo.

5. La persona humana es también su cuerpo. La intimidad humana no tiene espacio, por eso para desvelarse necesita de la materia y se hace presente por medio del cuerpo. El cuerpo humano no es equiparable a ningún otro cuerpo animal, pues posee una belleza incomparable. El cuerpo no es un instrumento del que la persona se sirve para alcanzar sus objetivos. La persona humana nunca puede ser instrumentalizada ni manipulada. Incidir sobre el cuerpo es también incidir en la persona.

La sexualidad incluye, por tanto, los tres aspectos esenciales de lo humano: biológico, psicológico y lo espiritual. Siendo la persona humana un solo yo masculino o femenino, estos tres aspectos esenciales de la sexualidad están íntimamente conexionados entre sí. Somos  varón o mujer;  nos comunicamos como varón o mujer; sentimos, expresamos y vivimos el amor como varón o mujer. 

El sexo en el hombre no es algo material, corporal, externo al ser humano, sino una realidad profunda, íntima que inunda toda la personalidad. Los aspectos biológicos tienen un sentido diverso, aunque con algunas analogías, con lo que sucede en el mundo animal, y esto porque en el hombre la naturaleza biológica está unida a la naturaleza del espíritu, dando lugar a la naturaleza humana y a la persona[10]”.

La sexualidad atañe a la persona en su inseparabilidad de cuerpo espíritu.

La sexualidad caracteriza al varón y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el psicológico y espiritual con su huella consiguiente en todas sus manifestaciones. Ésta no puede ser reducida a un puro e insignificante dato biológico, sino que es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano[11].

Veamos el significado de estas tres dimensiones:

  1. Desde la dimensión biológica el sexo constituye a la persona y la determina genéticamente. Todas nuestras células son masculinas o femeninas; el cerebro, el aparato reproductor, el sistema endocrino, el aspecto corpóreo son también sexuados. La respuesta sexo-genital está orientada a la excitación erótica a través de la experiencia sensitivo-corporal, y se diferencia en ritmos y cualidades en los dos sexos. 

2.    Desde la dimensión psicológica la sexualidad se manifiesta en la profunda atracción que une al varón y a la mujer. La respuesta sexual se desarrolla en este plano principalmente a través del deseo, los afectos y las emociones. La forma de pensar, de expresarse, de hablar, de experimentar emociones, de amar, es distinta en cada sexo y todo está orientado a posibilitar el amor entre varón y mujer, el amor de comunión y solidaridad.  

3.    Desde la dimensión espiritual, sede de la inteligencia y la voluntad, la sexualidad a través del amor al bien del amado está orientada a la salida de sí misma en donación y entrega, que son la fuente de la felicidad. A medida que la persona va madurando descubre en el otro sexo no solo sus diferencias físicas y psicológicas sino que descubre en el otro su suprema dignidad: una persona dotada de belleza y valor tales que le hacen merecedora de ser amada, querida por sí misma, un don para toda la humanidad. Existen cualidades espirituales específicas en el varón y en la mujer. La mujer, por su vocación a la maternidad está más abierta a la acogida y a la entrega personal y tiene una mayor fortaleza en el sufrimiento. El varón, por otra parte pone su capacidad de decisión y proyección al servicio de su familia.

Hay una jerarquía entre estas tres dimensiones. Para que la persona se pueda autogobernar y salir de sí misma para donarse, la dimensión espiritual debe gobernar a las demás dimensiones física y psicológica.




4. La sexualidad y la AMS
           
¿Da lo mismo tener un tipo de experiencias sexuales que otras?

Dado que la sexualidad humana es una facultad que alcanza a toda la realidad de la persona, una facultad constitutiva que atraviesa todo su ser, cuando se manipula la sexualidad humana se manipula a la persona.

Cuando la sexualidad queda reducida a un mero impulso homoerótico conduce a la persona a la frustración, a la degradación de su propia dignidad y al vacío emocional. Nunca ha sido más evidente que en estos tiempos, como la cultura de la permisividad sexual no ha recogido los frutos esperados. Muchos jóvenes se lanzan a la búsqueda de experiencias sexuales pero no se sienten recompensados por ellas aumentando en su conducta sexual los casos de eyaculación precoz, impotencia, frigidez sexual, miedo a las relaciones sexuales, AMS y todo tipo de consecuencias negativas ante la pérdida de un verdadero sentido de la sexualidad.

Con diferentes argumentos engañosos, se ha llegado al corazón del hombre, y se le ha robado la posibilidad del don, de donarse al otro, confundiéndose genitalidad con sexualidad, búsqueda de placer con amor, instrumentalización del otro con donación gratuita. La confusión que hoy está vigente en el ámbito de la sexualidad humana, tiene unos factores determinantes muy precisos: se ha reducido a la persona humana a un mero ente biológico sin referencia espiritual alguna. Se defiende la autonomía moral, desvinculada de la verdad sobre el hombre y se pierde el reconocimiento de la dignidad humana. La persona tiene “derecho” a hacer cualquier cosa con su cuerpo y con el de los demás. Desaparecen los “deberes” con uno mismo, con los demás, … Se degrada el verdadero significado de la libertad: En lugar de ser el don para buscar la verdad de uno mismo y de la sexualidad, ha pasado a ser el “haz  lo que quieras, lo que te apetezca, lo que te “pida” el cuerpo”…

Desde el punto de vista de la experiencia no se puede hablar de personas con AMS en general como si esa condición revistiera en todas ellas el mismo grado de inten­sidad y tuviera las mismas manifestaciones e implicara la misma irreversi­bilidad. Cada persona con tendencia AMS, como cualquier otra persona es única e irrepetible. Cada una de ellas, tiene una historia concreta que les ha conducido a la realidad en la que viven. Es necesario partir del supuesto de que existen diversos grados de desarrollo de AMS. Además, puede suceder que la tendencia AMS se dé sola o también que se den añadidas otras alteraciones.

Como cualquier problema que afecta al hombre en profundidad, también el de la AMS resulta complejo: son numerosos, diversos y difíciles los aspectos que implica. En esta complejidad se manifiesta la singularísima riqueza propia de la persona humana, a menudo definida con razón como misterio[12].

Según Ovesey,

podemos distinguir tres categorías diversas de motivación implicadas en las relaciones o tendencias AMS. La dependencia afectiva, el poder o dominio, y finalmente la gratificación sexual en sentido estricto.

Por eso suele hablarse de «AMS imaginaria» o temida, «pseudo-AMS» y «AMS manifiesta»

En la AMS imaginaria la atracción que se da es pasajera, puede tener lugar sin haber sido seguida de ningún tipo de experiencias AMS y afecta sobre todo a los varones adolescentes en periodos de inseguridad o depresión.

La pseudo-AMS se da en aquellos en los que la tendencia AMS tiene como motivación principal la dependencia afectiva o el dominio, y sólo secun­dariamente la gratificación sexual.

Con el nombre AMS mani­fiesta se designa aquella en la que la gratificación sexual es la motivación principal.

Tanto la AMS imaginaria como la pseudo-homose­xualidad son relativamente fáciles de superar. Mucho más difícil de orientar es la AMS manifiesta, sobre todo si la han desarrollado desde la pubertad[13]
La AMS, contradice la verdad sobre los fines de la sexualidad humana porque la persona no contempla ni en los sentimientos ni en las conductas la comunión interpersonal entre el varón y la mujer orientada a la procreación. La diferencia sexual nos remite al encuentro con mi “otro yo” (femenino o masculino). La relación AMS, en cambio, es una forma de narcisismo, de búsqueda de sí mismo en el otro, de buscar cubrir “mis necesidades” a través del otro, al que, de forma inconsciente e involuntaria muchas veces, le instrumentalizo, convirtiéndole en el “objeto” de la satisfacción de mis deseos y necesidades, en “mi osito de peluche” que me da lo que necesito. Por lo tanto, se puede decir de alguna manera que el egoísmo, la falta de verdadera comunión y solidaridad y la incomunicabilidad es la regla de la AMS.
A través de la incapacidad para vivir la sexualidad del modo adecuado por las negativas vivencias psico-biográficas unidas al temperamento de cada persona, aparecerán en las relaciones personales síntomas de deseo de dominio, dependencia emocional, victimismo, miedo a perder la intimidad, disociación de la personalidad, conductas sexuales arriesgadas, incluso deseos de inmolación por el amor del otro.
Todo ello puede sanarse aprendiendo a servir a nuestras personas como se merecen: en caridad y en justicia.

5. ¿Qué hacer al respecto?  Recuperar la esperanza de curar la AMS y vivir el verdadero significado de la sexualidad

El moldeamiento de la conducta sexual, el modo en que esta se configura, no depende solo de factores biológicos, sino también de factores psicológicos y socioculturales. La grandeza de la libertad, afecta profundamente al hombre en el ámbito del desarrollo de la sexualidad. Precisamente por ello, es conveniente admitir la necesidad de la educación afectivo-sexual que haga posible el recto y libre uso de esa función.

En esta educación sexual se enseñará cómo los tres dinamismos de la persona humana (físico, psíquico y espiritual) que son atravesados por la sexualidad deben estar jerarquizados para que la persona no se vea arrastrada únicamente en sus decisiones por su deseo erótico[14].

Es decir la dimensión espiritual debe gobernar y dirigir la dimensión física y psicológica. La debilidad humana, el mal uso de la libertad, y la falta de voluntad, impiden en muchas ocasiones que haya un desarrollo armónico de estos dinamismos conduciendo a la persona a la sensación de fracaso y desesperación.

También en la educación afectivo-sexual [15] es importante enseñar a desarrollar pedagógicamente las virtudes humanas de la paciencia, humildad y la castidad para recuperar el desarrollo armónico de la sexualidad humana, gobernando el deseo erótico por la racionalidad, y el amor al bien de la persona amada.

La virtud de la paciencia: nos permite perseverar en las decisiones tomadas y mantener la disciplina del trabajo a pesar de las adversidades que ocurran. En la “tierra” de la paciencia va creciendo la esperanza y la paz profundas del corazón.

La virtud de la humildad nos permite conocernos y aceptar nuestras debilidades y tener misericordia con las debilidades de los demás para poder perdonar las injusticias y heridas recibidas. En la “tierra” de la humildad va creciendo la verdad de nosotros mismos, acogida en serena alegría.

La virtud de la castidad es la capacidad de poder gobernar y encauzar nuestros instintos y deseos afectivo-sexuales. Nadie puede darse, si no se posee antes. La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí. El dominio de sí es una obra que dura toda la vida. Nunca se la considera adquirida de una vez para siempre. Supone un esfuerzo reiterado en todas las edades de la vida. El esfuerzo requerido puede ser más intenso en ciertas épocas, como cuando se forma la personalidad, durante la infancia y la adolescencia[16]. En la “tierra” de la castidad va creciendo de forma hermosa y robusta la libertad que es la capacidad de llevar a cabo hasta el final la verdad de nosotros mismos y de nuestra sexualidad: el amor. Todas las personas estamos llamadas a la castidad y las perso­nas con AMS  también.

La virtud de la castidad se desarrolla en la amistad con el prójimo, desarrollada entre personas del mismo sexo o de sexos distintos y conduce a la comunión espiritual. La castidad nace de la virtud de la caridad, que es la forma de todas las virtudes:

 “El amor constituye la única manera de conocer a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad, ya que nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser humano si no le ama[17].

El amor es un buen motivo para devolver la esperanza.
La experiencia de oración y la palabra humana dirigida con amor regeneran la voluntad de la persona devolviéndole ánimos nuevos, reorientado sus sentimientos y conductas AMS hacia el verdadero significado de la sexualidad.        
No lo dudéis: la maduración en el verdadero amor cura la AMS. Esto es lo que buscamos en nuestra Terapia de la Esperanza: No sólo salir de la AMS, sino madurar en el verdadero amor.



[1] Orientaciones educativas sobre el amor humano. Sagrada Congregación para la Educación Católica, en:
[2] La experiencia subjetiva es una forma de conocimiento que ilumina la realidad, pero tiene que acompañarse por el filtro del juicio intelectual, formado adecuadamente, para alcanzar su verdadero significado.
[3]“El Hombre.., no puede encontrarse a sí mismo, sino en el sincero don de sí”.(Gaudium et spes 24).
[4] Sexualidad humana: Verdad y significado. Pontificio Consejo para la familia, en:
[5] Plenitud significa Felicidad.
[6] Melina, L. Por una cultura de la familia. El lenguaje del amor. Pág. 124. Ed. Edicep. 2009.
[7] Cfr. Catecismo Iglesia Católica. nº 2322-2323.
[8] Orientaciones educativas sobre el amor humano, Sagrada Congregación para la educación católica, en:
[9] Antropología.
[10] Lucas Lucas, R. Antropología y Problemas Bioéticos. Págs. 58-59. Colección Estudios y Ensayos. BAC. nº 21(2001).
[11] Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta sobre la colaboración del varón y la mujer en la iglesia y en el mundo, 8, en:
[12] Antropología cristiana y homosexualidad. Mons. Dionigi Tettamanzi. L’Osservatore Romano.  N. 11, 1997.
[14]Durante la excitación sexual el cuerpo esparce una sustancia química llamada oxitocina que funciona como un pegamento humano creando un vínculo emocional muy grande, aumenta la confianza en la otra persona y disminuye la capacidad de verla objetivamente”. Evert, J. Amor Puro. AIS. Chile 2000.
[15] Ver: Orientaciones educativas sobre el amor humano. Sagrada Congregación para la Educación Católica, en:
[16] Catecismo Iglesia Católica, nº 2342, en: http://www.vatican.va/archive/ESL0022/_INDEX.HTM




3. Preguntas de interiorización y asimilación. 


1. A la luz de lo expuesto ¿Cuál es el verdadero significado de la sexualidad humana? ¿Cómo lo has vivido a lo largo de tu vida?


Según lo leído, la autora de estos textos considera que la sexualidad humana es un sistema regulado por las dimensiones humanas que más allá de su propósito netamente procreador cumple una labor unitiva orientada a fomentar el amor de comunión y solidaridad basado en un acto de donación recíproca y complementaria.


No tengo vivencia de la dimensión sexual pues experimento una condición de asexualidad. Carezco de intereses eróticos hacia ambos géneros, no experimento impulso sexual ni por las mujeres ni por los hombres. 



He sufrido translocación del instinto sexual y he desarrollado una parafilia, por medio de la cual experimento interés sexual por las características sexuales secundarias de los adolescentes, pero no me atraen los adolescentes como tales ni el ser humano que representan, la fijación es netamente corporal, no hay complejos de inferioridad, no hay búsqueda de masculinidad ni carencias afectivas ligadas directamente al evento.



Solía experimentar placer a través de la práctica voyeurista. No experimento tendencias heterosexuales ni homosexuales como tales, no me gusta la actividad sexual. Estoy interesado en activar la heterosexualidad por el simple hecho de explorar a fondo mi naturaleza humana desde la perspectiva de la concepción biológica.



2. ¿Por qué contradice la AMS el significado de la sexualidad humana? ¿Cómo lo has vivido en tu propia vida?


No he tenido vivencias homosexuales, sólo llevé a cabo alguna vez experimentos sexuales en nombre de una seudolibertad y como parte de un proceso de investigación, no fue mayor cosa ni nada significativo, simple curiosidad bajo la presión del TOC y la parafilia.



La homosexualidad no cumple ningún propósito biológico y su ejercicio es la expresión de un problema psicosexual.




3. ¿Qué virtudes crees que hay que desarrollar para vivir una sexualidad que respete su verdadero significado? ¿Cuáles has vivido y cuáles no? ¿Qué pasos crees que debes de dar para llegar a vivirlas?


Sin duda alguna que la castidad es la virtud por excelencia que debe contemplarse a fondo en la interpretación de la sexualidad humana. La castidad contempla el ordenamiento del instinto sexual en función de la razón, la salud, la dignidad y el amor.



En este momento soy una persona casta, vivo en celibato y estoy completamente libre de mis obsesiones y adicciones sexuales de antaño, que tantos problemas trajeron a mi vida.






4. Ejercicios prácticos para la aplicación a la vida de todo lo trabajado en la Ficha:





· Observa en tu entorno y apunta durante estas dos próximas semanas ejemplos de imágenes y conductas que vayan en contra del verdadero significado de la sexualidad humana. Reflexiona sobre el daño que estas imágenes y conductas hacen en especial a niños, adolescentes y jóvenes y piensa cuál sería la verdadera imagen y conducta que deberíamos de darles para expresar el verdadero sentido.




a) La masturbación como práctica generalizada en los adolescentes y apoyada por la academia como conducta normal del desarrollo sexual
b) La industria de la pornografía que gracias a la internet se encuentra al alcance de cualquier persona
c) Las campañas de invitación a la práctica del “sexo seguro”
d) Las minorías sexuales que pregonan mensajes de libertinaje sexual y alta promiscuidad
e) El sexo prematrimonial como escuela de entrenamiento de la vida sexual
f) Perdida de pudor y respeto por el cuerpo en todos los niveles
g) La masificación del sexo como principal producto y servicio comercial



Todo lo anterior conlleva a confusión, pérdida de sentido, ignorancia, aberraciones y culturización sexual. Se edifica un mundo en donde prime la animalidad, y el ser humano sea reducido a una simple mercancía sexual.





· Lee uno de los artículos que te sugerimos en Recursos y aplícalo en tu vida. ¿Qué consecuencias y compromisos sacas?


No me han aportado datos nuevos, y sinceramente soy alguien sin intereses sexuales, no me gusta el sexo ni permito que mi parafilia controle mi vida, la experimento con normalidad sin permitirle que me afecta negativamente en sentido emocional, es otra de las tantas obsesiones con las que me cruzo día a día. Sin embargo, experimento el deseo de resolver el problema de fondo que hay en todo ello, y bajo esa política trabajo todos los días.





5. Testimonio. 


Ya en mis años de preadolescente (12, 13) mi confusión sexual era grande. Me sentía atraído por los chicos y mis fantasías durante la masturbación era pensando en ellos. 



Nunca pude integrarme a fondo en su mundo, me sentía inferior, avergonzado, sus intereses no eran los míos.... y en cambio, buscaba y deseaba sobre todo, una amistad masculina intima que me sirviera de apoyo y consuelo. A pesar de ello, nunca acepté mi homosexualidad. Solo pensarlo me ruborizaba. Ni quería serlo ni parecerlo. He vivido por tanto siempre bajo una fuerte presión, aislado y terriblemente solo en el fondo, siempre ocultándome de los demás. Mi complejo de inferioridad en todo, y sobre todo, frente a otros hombres ha sido grande. Siempre me ha sido más fácil la relación con las mujeres, entendiendo más su mundo e intereses. 



He vivido siempre con la esperanza de que mi tendencia fuera desapareciendo con el paso del tiempo, o al menos seria algo que llegaría a controlar. Lejos de ser así ha sido todo lo contrario. Comencé la práctica del sexo esporádico y anónimo a los 22 años aproximadamente y llegó a convertirse en algo compulsivo y descontrolado. A pesar de ello nunca he querido identificarme con el mundo gay, no he frecuentado lugares de ambiente, no he tenido una relación de pareja ni de amistad,.... no quería formar parte del mundo gay. Mis intentos por abandonar este estilo de vida han sido fallidos. Si bien es cierto que en alguna época breve dejé la práctica homosexual, ésta era sustituida por la masturbación y visualización de pornografía, por lo que he estado inmerso de un círculo vicioso sintiéndome cada vez peor. 



Aun así nunca dejé de luchar. La esperanza y el cambio comenzó en me vida hace algunos años al conocer y creer en la Palabra de Dios y en lo que referente a este tema enseña, pero nunca he seguido una terapia, nunca me he enfrentado ni descubierto mis heridas. He experimentado algún cambio al haber ido recibiendo información adecuada pero han sido muchos años andando por un camino equivocado y por tanto haciéndome mucho daño a mi mismo sobretodo. Sé que hay muchas heridas en mí aunque no sé identificarlas. A veces me veo a mi mismo como un desconocido. Me cuesta conectar con mis sentimientos y emociones. Pero tengo esperanza y ánimo al haber ahora encontrado éste recurso y la posibilidad de seguir, por primera vez en mi vida, una terapia enfocada hacia el problema que tantos años y energías me ha robado.



24/01/08
Cuaderno de Fel_45 España



Responde: 


1. ¿Qué destacas de este testimonio?


Es una radiografía interesante de los alcances de una problemática psicosexual.




2. ¿Con qué aspectos de estos testimonios te sientes identificado? ¿Por qué?


No encuentro elementos en común.



3. ¿Qué aspectos de estos testimonios son “pistas” importantes para tu Autoayuda? ¿por qué?


La importancia de aprender a identificar las heridas emocionales y los vacíos afectivos.





6. Ejercicios de Auto Conocimiento Personal





1. Busca un HECHO representativo, que hayas vivido en tu infancia o en tu adolescencia y que describa cómo cuando no has vivido el verdadero sentido de la sexualidad tu persona se ha empobrecido, degradado y esclavizado. 


La adicción a la pornografía.






2. Describe tus emociones o sentimientos con relación a este hecho.


Durante años la utilicé como medio para generar altas concentraciones de endorfinas, pero me molestaba mucho el sentimiento de culpa y vergüenza porque cada vez que accedía a esos contenidos sentía que me degradaba y que me alejaba de mis verdaderas aspiraciones altas y sanas de vida. La pornografía fue mi sistema de escape ante tantísimo estrés en mi vida, y salir de eso tuvo un precio muy alto.





3. Describe los pensamientos automáticos negativos que te vienen a la mente al vivir o recordar este hecho.


Se potenciaron mis problemas mentales, se ahondaron mis vacíos afectivos, padecí neurosis y perdido mucho valioso tiempo de mi vida. Me sentía sucio y perdedor.





4. Desde lo que has descubierto y aprendido en esta ficha responde racionalmente a cada uno de los pensamientos automáticos anteriores. 


Pude superar el problema a través de una batalla heroica de varios años, en este momento me mantengo muy precavido porque sé que este problema de tantos años se superar en la misma proporción de años, y aún va a tomar tiempo para poder decir que mi cerebro se reestructuró y que se produjo una curación completa. Eliminé toda forma de acceso a contenidos pornográficos, comenzando con mi computador personal y terminando en una restricción seria en el uso de la internet.





5. Qué resultado se produce en ti al contrastar tus pensamientos y tus emociones y las respuestas racionales. 


La vida cambia mucho, nace la libertad interior, descansa la mente y crece mucho la autoestima. Me siento orgulloso de mí mismo y gané más madurez.





6. Escribe 3 acciones, compromisos o actitudes que vas a realizar en estas dos próximas semanas para madurar tu personalidad en este aspecto. 

Seguir cuidándome sin bajar la guardia y sin propiciar ambientes y elementos que me conecten otra vez con ese mundo y con esa vida.



7. Revisa si has cumplido satisfactoriamente los compromisos de la Ficha anterior. 


Sí, siempre.






7. Recursos para profundizar (Trabaja al menos uno de estos recursos):



a. Libros o capítulos de libros.


· Vivir la sexualidad en el amor, de Emiliano Jiménez, en:






· Puedes mira la sección de: Madurar el Amor – Sexualidad - Libros, en:






b. Artículos


· Puedes mirar la sección de Madurar el Amor – Sexualidad – Artículos, en:




· Teología del Cuerpo en Juan Pablo II, de Anthony Percy, en: 







c. Textos Fundamentales del Magisterio de la Iglesia:


· Sexualidad humana: Verdad y significado. Pontificio Consejo para la familia, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/family/documents/rc_pc_family_doc_08121995_human-sexuality_sp.html


· Orientaciones educativas sobre el amor humano. Sagrada Congregación para la Educación Católica, en:


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