Conversión al catolicismo por tercera vez
Martes, 07 de junio de 2011
Me disculpo con todos por mi larga ausencia, les he echado
de menos y también a la autoayuda. Tengo que comunicarles con gran satisfacción
que he renacido a una vida nueva por la misericordia del Señor Jesucristo y la
intercesión de su madre santísima la gran reina y señora
María.
He vuelto al seno
de la santa madre iglesia católica, he vuelto a acoger con cariño y admiración
el mensaje de la salvación, y he recordado la gran importancia de salvar el alma
y ayudarle al Señor a rescatar las ovejas perdidas de su
rebaño.
Me siento muy
feliz en este momento porque he recobrado la gracia santificante y la amistad
con el Señor de señores y rey de reyes. Mi proceso de conversión se ha dado de
una forma muy rápida e intensa, comencé orando con actitud humilde y sincera, y
el Señor atendió a mis ruegos manifestándome su existencia y su infinito amor
para conmigo y mis hermanos viadores de esta vida.
Por su gracia he
aprendido a escuchar su voz y percibir su presencia, he comprendido que él está
vivo y actuante, y que realmente en la hostia consagrada está encarnado él en
toda su esencia divina para entregarse como alimento de nuestras almas para que
tengamos vida eterna en él y por él, y para fundirnos con él en el océano
infinito de su amor.
Quiero ser fiel al
Señor de ahora en adelante, y le he pedido que me conduzca por la sendas de la
santidad, que es el camino que todos los hombres debemos seguir, pues nuestro
divino maestro así lo ha querido al entregarnos los tesoros de su gracia y del
misterio de la redención humana para que seamos como él y gocemos de él en su
reino. Este es un camino muy difícil, pero es verdaderamente el Señor quien hace
posible estas cosas que para nosotros los hombres son
imposibles.
Le estoy muy
agradecido a mi gran amigo Jerry porque su testimonio de vida me inspiró, su fe
en el Señor y su lealtad hacia él me causaron gran admiración desde el
principio. Sé que sus oraciones y trabajos me alcanzaron del Señor la gracia de
la conversión, y esto es algo por lo que siento una enorme gratitud.
Mi hermanito Jerry
estuvo conmigo el día de mi confesión sacramental, su compañía me animó a vencer
el miedo, y su apoyo de hermano en Cristo Jesús fue muy reconfortante para
caminar con mayor confianza hacia el manantial purificador de la misericordia
divina.
Jerry ha ganado en
mí a un amigo para toda la eternidad, y en esta vida nos ayudaremos mutuamente a
llegar al cielo, y en el reino del padre contemplaremos juntos el rostro del
Señor para siempre.
Estoy muy feliz,
al recibir la absolución pude sentir claramente los efectos sobrenaturales del
sacramento de la confesión, sentí una gran paz, tenía la sensación de haberme
quitado un enorme peso de encima y realmente me sentía más liviano, igualmente
me inundó una gran dicha y un sentimiento de amor muy intenso.
Al recibir al
Señor en su forma eucarística me he hecho a la idea de lo que es el cielo. Yo he
sido un muy gran pecador al que el Señor ha derribado y reconquistado con su
infinito amor, y he querido compartirles esta gran dicha a todos ustedes, y
también pedirles perdón por mis malos ejemplos y por mis
necedades.
Estoy muy animado
para seguir en mi lucha por la curación emocional, mental y física por la que he
trabajado en los últimos años, ahora, con la ayuda del Señor las cosas serán
mucho mejores, con más sentido y con mayor propiedad. Le ofrezco al Señor mis
sufrimientos por causa del TOC y los malestares que mis problemas afectivos me
prodigan diariamente, por el bien de las almas y por la honra de su santísimo y
bendito nombre.
Quiero superar mi
adicción a la pornografía porque no es cierto que la superé al 100%, y este es
un gran problema que me apartó mucho del Señor y por el que hice mucho daño.
Ahora que tengo una verdadera motivación, se que podré superar todo eso, como
siempre he querido. Mi soberbia siempre me llenó de
arrogancia.
Voy a asistir a la
eucaristía todos los días, a llevar una vida en oración, penitencia y entrega a
los demás; quiero ser un verdadero hijo de María Santísima, un guerrero
indomable en la lucha contra el Maligno y sus obras, y alguien que con su vida y
palabra de testimonio del amor y de la palabra de
Dios.
Quiero acercarme a
mi comunidad de EPE, y apoyar con más dedicación a mis hermanos en estas luchas
de la vida, los apoyaré a todos espiritualmente, y pondré a disposición de todos
las capacidades y luces que el Señor me regale para esta noble causa, mi
conocimiento y mi inteligencia estarán puestas al servicio de
todos.
Quiero que todos
encuentren en mí a un amigo y hermano de verdad. Aunque estoy limitado en
materia de computadores e internet trataré de estar pendiente de los cuadernos y
de saludarles una que otra vez por el chat, también intentaré acompañarles
siempre en los encuentros presenciales y en labores de mentorazgo si el Señor me
lo permite.
Gracias a todos
por llevarme en sus oraciones y por presentar sus trabajos y sacrificios por la
conversión y santificación de mi alma, los tengo presentes en la eucaristía y
los trabajos de cada día.
Mi más sincera enhorabuena.
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