Enfermedades mentales vs usos avanzados del cerebro
Jueves, 17 de febrero de
2011
Algunas aclaraciones:
Dependiendo del concepto de
enfermedad que se utilice, algunos autores consideran más adecuado utilizar en
el campo de la salud mental el término "trastorno mental" o "problema
mental"(que es el que utilizan los dos sistemas clasificatorios de la
psicopatología más importantes en la actualidad: la CIE-10 de la Organización
Mundial de la Salud y el DSM-IV-TR de la Asociación Psiquiátrica Americana).
Sobre todo en aquellos casos en los que la etiología biológica no está
claramente demostrada, como sucede en la mayoría de los trastornos mentales, en
especial en el T.O.C.
Además, el término "enfermedad
mental" puede asociarse a estigmatización social, y es un factor de desesperanza
y fatalismo en el tratamiento del problema. Por estas razones, este término está
en desuso y se usa más trastorno mental, problema mental o
psicopatología.
Los problemas mentales, como
tales, siguen siendo muy confusos en su causa, en la mayoría, salvo las
demencias seniles, parkinson, alzheimer, entre otras, no se trata de un
deterioro orgánico sino de funcionamientos inusuales en el cerebro, áreas que
han cobrado mayor actividad de la "normal" o cuya operación rutinaria ha variado
sustancialmente. La mayoría de éstas son activadas por factores externos ajenos
a agentes patógenos infectocontagiosos.
Hay que hacer
también una distinción entre las especialidades de la medicina que tratan cada
tipo de problema mental, por ejemplo, las afecciones notoriamente orgánicas
producto de traumatismos o infecciones son campo de la neurología; y los
problemas cuya causa biológica no está determinada con exactitud y en la que
existe una amplia incidencia de los procesos cognitivos es especialidad de la
psiquiatría.
Ahora bien, muchos de los
trastornos mentales están íntimamente ligados a la inteligencia y la
operatividad de las capacidades cognitivas; al tiempo que incrementan
habilidades cerebrales avanzadas, también tienden a disminuirlas, cuando las
incrementan estas capacidades se salen de control y complican terriblemente la
vida de la persona, y cuando las disminuyen, la tendencia progresiva se orienta
hacia la nulidad.
En el TOC se observan
claramente procesos intelectuales de avanzada complejidad, en el fondo de lo
absurdo que parecen los pensamientos obsesivos se esconden planteamientos
interesantes y profundos de realidades de problemas que pasan desapercibidos
para el ojo de una persona sin ese mecanismo; y en el proceso compulsivo se
puede apreciar la ingeniería de un sistema avanzado de soluciones orientado a
evaluar y discriminar una multitud muy extensa de posibilidades y respuestas más
certeras.
El problema con el TOC, es que
este mecanismo cerebral no es de fácil control ni comprensión , y su eje central
de operación es tomar el control absoluto de los procesos cognitivos de la
persona sin un propósito productivo.
De entre todas las
patologías mentales, el TOC es un problema que a una parte de la comunidad
científica le ha llevado a replantear el concepto de “enfermedad
mental”.
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