Mi historia religiosa
Creo que la religión siempre jugó un papel muy importante en mi vida, y al día de hoy me siento muy agradecido con la iglesia católica por todas las cosas valiosas que me enseñó y el bien que pude ejercer como ferviente católico.
En este momento no soy ateo, estoy más cerca del concepto de agnóstico, creo que es bastante probable que Dios exista, pero los caminos para acceder a él son muy ambiguos, y para una persona superracional como yo no son opciones muy viables. ¿Por qué dejé de creer en Dios y me separé de la religión? en un principio fue debido a que me causaba mucho sufrimiento las obsesiones y compulsiones conectadas a la fe y a la práctica de la perfección cristiana, me llené de terror ante los escrúpulos inimaginables y ante un mecanismo supermeticuloso de análisis moral permanente, además ese estado no me ayuda a recuperarme del sufrimiento mental, y porque la obsesión que sufrí hacia la religión es de tan grande magnitud que hoy en día me pregunto cómo fue que no ne volví loco.
Ya con el tiempo, y un poco menos obsesionado con la religión, y dada mi profundidad científica, no hallé pruebas lo suficientemente sólidas y corroborables para mantener mis creencias cristianas... a la fecha aún no me convencen fenómenos cristianos como las apariciones marianas, los estigmatizados, los milagros eucarísticos, los santos con cuerpos incorruptos, los exorcismos, las lacrimaciones... más allá de lo que leo, observo en videos, o escucho... no dispongo de la oportunidad de estudiar a fondo esos fenómenos para convencerme de su naturaleza sobrenatural y atribuirlos a una manifestación clara y auténtica del Dios que adoran los cristianos.
Sin embargo, yo mantengo mis dudas partiendo del sentido mismo de la vida, y tomando como referencia el anhelo de inmortalidad de todo hombre... no es aceptable racionalmente que para una persona su existencia se borre con la muerte, nunca será aceptable que una entidad inteligente deba disolverse en el olvido de la nada... ese miedo, esa duda, esa inquietud... me llevan a mantener vivo el misterio de la muerte y la posibilidad pausible de la vida de ultratumba... porque si en realidad cuando morimos vamos a Dios o somos desterrados a un infierno según como hallamos vivido... entonces sería terrorífico comprobar que todo eso era cierto y que vivimos bajo el engaño de una vida mundana exagerada en el rigor científico... y por otro lado, la conexión con la bondad es algo que te hace entrever un bien supremo, y la utopía de una felicidad plena.
Puede asegurar, que no estoy cerrado a buscar a Dios y encontrarle por los caminos que sea necesario, pero requiero estar convencido que no perderé el tiempo, entonces me mantengo a la espera de una señal clara de Dios para emprender esa aventura, y entonces, tal vez, cumplir mi sueño más preciado de la niñez: la santidad.
Lunes, 27 de noviembre de 2006
Historia religiosa
Nací en una familia
católica, llena de amor por su iglesia y por el santo padre, todos mis
parientes fueron educados en la fe, así como lo fui yo. Mis recuerdos
conscientes sobre Dios datan de mis 3 años; desde esa edad aprendí a rezar, y
lo hacía todas las mañanas y noches sin falta.
A los 6 años comenzaron
mis clases de catecismo y me integré a la infancia misionera en la parroquia en
donde vivía, continué con un buen espíritu de piedad y a partir de esta época
me centré en la lectura de la vida de los santos, pues una hermana de mi abuela
poseía muchos libros de ese tipo, así que cada semana estaba allá, devorando
con interés esos escritos. Los hijos de la hermana de mi abuela eran estudiantes
salesianos y tenían muchos libros escritos por San Juan Bosco, y esas obras se
convirtieron en mis favoritas porque la vida y el pensamiento de este santo me
impactaron muchísimo.
A Domingo Savio y a San
Luis Gonzaga los tomé como mis patronos y mis modelos de vida, sus lemas se
quedaron grabados en mi memoria para siempre: "PREFIERO MORIR ANTES QUE
PECAR" y "¿DE QUÉ SIRVE ESTO PARA LA ETERNIDAD?"
A los 10 años realicé mi
primera comunión, ese ha sido uno de los momentos más felices de mi vida porque
fue el encuentro personal e íntimo con mi creador y redentor que se había
convertido en el alimento de mi alma, Dios siempre me regaló su gracia para
entender su palabra y sus misterios, por lo tanto, su presencia real
eucarística era algo que comprendía.
Después de la primera
comunión me vinculé por completo y con mayor entrega a las cosas de Dios y al
servicio del altar, desde esa fecha y hasta los 15 años asistí a la santa misa
todos los días y solo dejé de comulgar cuando no lograba confesarme antes de la
misa, igualmente la confesión fue un sacramento al que recurrí con regularidad,
a veces cada semana o cada 15 días, pero nunca dejé que pasara un mes, era
incapaz de llevar un pecado mortal en el alma por más de un día, y muchas veces
anduve confundido sobre las gravedad de las faltas, pues me parecía que todo
era mortal; también mi espíritu de oración y penitencia se incrementó.
En este lapso de tiempo
llevé una vida social muy activa, pertenecí a varios grupos apostólicos de la iglesia, y fui coordinador de
algunos, también consolidé el grupo de monaguillos; llegué a ser considerado
como el vicario del párroco, pues en toda la vida de la comunidad yo estaba
presente. Aquellos años transcurrieron entre el colegio, la iglesia, las actividades recreativas, culturales y sociales de la
parroquia.
En estos años me formé
profundamente en la fe católica, pasaba largos ratos estudiando las sagradas
escrituras, el catecismo, los escritos de los santos, las revistas de
actualidad católica y de comunidades religiosas, entre otros muchos libros y
folletos del mismo tipo.
Jesús me concedió un gran
amor por las almas y una gran fe, podía verlo en los niños, en los ancianos, en
los enfermos, en el rostro de todos los que sufrían y también en las obras de
la creación. Mi oración favorita fue el rosario, lo recitaba todos los días, me
gustaba la oración contemplativa, en especial frente al sagrario. Recibí la
confirmación cuando tenía 15 años.
Después de los 15 años
aconteció mi caída, Satanás logró confundirme y sembrarme muchas dudas sobre la
misericordia de Dios y el valor del sufrimiento, de manera que los problemas de
antaño ante los cuales había mantenido serenidad, calma y paciencia se me
hicieron insostenibles pues mi espíritu de oración y sacrificio decayó, a esto
se sumó el no tener un director espiritual y mi cambio de residencia.
No logré mantener el
equilibrio ni la paz interior, y me llené de tanta tristeza e ira que me molesté
con el Señor y lo dejé de lado entreabriendo mi corazón al mal, no quise
confiar en Dios y no fui capaz de superar aquella dolorosa prueba, ni quise
tomar el consuelo que Cristo me brindaba a través de las personas; me sentía
presionado por todos lados y lo que menos quería era rezar, buscaba una
solución inmediata y milagrosa, pero no llegó así que me decepcioné por
completo.
Me alejé del Señor, de la
iglesia, de la oración, de los sacramentos y me dediqué a vivir en un mar de
resentimientos y en un mundo de fantasías; el demonio se vengó de mí e intento
pervertirme al extremo, pero jamás lo consiguió, nunca cedí a todas sus
insinuaciones, ni acepté jamás sus ofrecimientos, nunca pudo ni podrá doblegar
mi voluntad por completo; yo era consciente que el Señor me miraba todo el
tiempo, igualmente rezaba de vez en cuando y me dejaba llevar por los impulsos
de la gracia cuando alguien necesitaba ayuda y yo se la podía brindar.
EL SEÑOR SEMBRÓ MUY
PROFUNDAMENTE EN MI ALMA SU AMOR DE TAL MANERA QUE LOGRÓ INHABILITARME PARA LA
EJECUCIÓN DE MUCHAS CLASES DE PECADOS MORTALES. LA SANTIDAD ES LA MÁXIMA META
DE MI EXISTENCIA TERRENA.
Duré varios años en ese
estado hasta que un día él me rescató y me convenció de regresar a su lado,
después de ver el sin sentido de mi vida y de notar con claridad el camino de
perdición por el que andaba, entré en razón e hice una confesión general y
volví a retomar el camino espiritual que llevaba en los primeros años de mi
juventud. Regresé al seno de mi iglesia y me decidí por el sacerdocio, pues
desde niño mi mayor ilusión era la de ser un ministro de Cristo, un pastor de
almas, un oficial de la iglesia y un combatiente acérrimo contra las huestes
infernales.
Luego de consultar con
algunos sacerdotes, amigos y familiares, ingresé a una congregación religiosa y
me hice seminarista, puesto que el trastorno de atracción hacia el mismo sexo
no me molestaba y porque tampoco sabía que eso era un obstáculo para la vida
sacerdotal, así que no vi problema en ello ya que era algo leve e involuntario
y también porque no había recurrido a ninguna práctica homosexual.
Mi vida de seminarista
fue algo que me gustó mucho y que siempre recordaré con agrado; durante los
primeros meses estuve en un periodo de convalecencia, me recuperé de mi antigua
vida totalmente y me fortalecí espiritualmente, el Señor continuó con aquella
labor de santificación de los tempranos años de mi juventud, así que me adentró
en uno de los estados de purificación más importantes para un alma: LAS NOCHES
OSCURAS, de estas dichosas noches solo he llegado a experimentar los efectos de
la primera, la de los sentidos, y por así decirlo ha sido una de las
experiencias más espeluznantes de mi camino espiritual, sin embargo los
consuelos y la misericordia del Señor me sostuvieron ahí, al igual que el
director espiritual que me regaló, él era un sacerdote agustino muy piadoso a
quien confié mi vida y quien supo orientarme muy sabiamente; aunque la noche de
los sentidos es muy suave en comparación con la del espíritu, no puedo decir
que los tormentos fueron leves, había momentos en que parecía volverme loco, y
creo que nunca diferencié con claridad que era problema psiquiátrico y qué era
propiamente un estado de noche oscura, para mí siempre parecían la misma cosa,
e incluso no tenía mucho conocimiento sobre enfermedades mentales,
discernimiento espiritual y obsesiones diabólicas.
Había instantes de gran
agitación y de tentaciones inimaginables, era torturado con miles de escrúpulos
y perplejidades, con pensamientos obscenos y muy impuros, escuchaba todo el
tiempo en mi cabeza pensamientos blasfemos, era acusado mentalmente día y noche
por todas las cosas que hacía, era algo sin sentido, me acompañaba una
sensación de angustia y confusión, de ansiedad perpetua, no encontraba consuelo
en la oración y esta se me hacía una tarea muy complicada de realizar, orar era
una verdadera lucha, era como nadar contra la corriente, y para completar tenía
que forzarme a hacerlo porque no sentía mayor gusto por las cosas espirituales,
probablemente por la gran turbación en la que vivía todo el tiempo, sin embargo
y a pesar de esa aridez, nunca dejé de hacerlo, pues yo amaba a Dios y no cedía
al pecado; mi director espiritual que aunque no entendía muy bien lo que me
pasaba supo aconsejarme debidamente y logró guiarme por mucho tiempo.
Mi mayor esfuerzo
consistía en disimular ese estado de confusión ante mi comunidad, ante mis
superiores y compañeros, no podía descuidar mis deberes ni mi trabajo, sabía
que ellos no me comprenderían porque la consolación humana no bastaba para
aquietar mi alma o entender mi mente, tenía necesariamente que pasar por ese
estado y lidiar con esas pruebas. Toda mi vida en el seminario fue así, meses y
meses que parecían siglos, pero fui fiel a Dios y continué luchando con
paciencia al lado de mi guía espiritual.
En el seminario estudié
filosofía y latin, pero los formadores de la propia comunidad también nos
enseñaban italiano, nociones de pedagogía, gerontología, además de formación en
educación especial e introducción a la sagrada teología.
Mi vida de seminarista
estuvo distribuida en oración, estudio, trabajo pastoral, trabajo ocupacional y
administración de la casa; ibamos de paseo una vez al mes durante todo un día,
esas salidas fueron muy cheveres y me divertí bastante. Me encargaron por una
temporada el cuidado de la granja, de las plantas y de los animales, aprendí
cuestiones de agricultura y varías nociones de agronomía.
En otras temporadas fui
auxiliar de maestros de niños con retardo mental, auxiliar geriátrico en varios
asilos, auxiliar de grupos juveniles, catequista de confirmación y auxiliar de
parroquia. A pesar del éxito me retiré del seminario, por varias razones:
- Participé en la expulsión de varios aspirantes al
sacerdocio que eran "homosexuales" gay, lo cual creo un ambiente
de tensión, desconfianza, indirectas; y aunque no afectó mi permanencia en
el seminario, me cansé de la situación tan incómoda.
- Había tomado la decisión de retirarme mucho
antes del problema de los chicos gay porque había leído las
consideraciones de la sagrada congregación para el clero sobre aspirantes
al sacerdocio con trastornos afectivos de atracción hacia el mismo sexo o
con conductas homosexuales, y aunque ese era un problema que no afectaba
mi trabajo porque estaba muy apagado, si era algo que tenía que ver conmigo, en
forma latente y que no estaba resuelto, y por obediencia, honestidad y
autenticidad pensé que lo mejor sería salir, curarme y regresar luego.
- Sentía que mi trabajo estaba en otra parte,
además el carisma de la congregación no me apasionaba tanto, siempre
estuve interesado en la vida franciscana y en los monasterios de clausura.
- Mi familia requería mi ayuda y como pensaban enviarme a terminar la formación en otro país, entendí que aquello no conciliaba con mi vida.
Después
de abandonar el seminario me desestabilicé como después de los 15 años, me
quedé sin director espiritual y las preocupaciones de la vida terrena apagaron
bastante mi fe, y lo irónico del asunto fue que en el seminario me especialicé
en reunir pruebas sobre la existencia de Dios y la autenticidad de las verdades
enseñadas por la iglesia católica, al igual que me hice de una buena formación
teológica para apoyar la conversión de herejes y ateos; sin embargo no perdí la
fe por las obvias razones de haber sido muy amigo de Dios y de estar lo
bastante formado como para solucionar dudas racionalistas, pero si abandoné el
camino de la obediencia y de la santidad.
En medio de las locuras
de aquella época, no llegué a cometer nunca esa clase de pecados mortales que
significan esclavitud inmediata y de los que sale con mucha dificultad, pero si
me dejé arrastrar en la demencial cloaca de la inmundicia sexual. Nunca pude
realizar un acto sexual porque siempre veía a Cristo flagelado en mi
pensamiento y porque las escenas de su dolorosa pasión desfilaban una a una por
mi mente, me invadía un fuerte sentimiento de vergüenza y asco, y una poderosa
infusión de dignidad, creo que el Señor me permitía entender las consecuencias
del acto, la miseria del pecado, la malicia de los seres infernales, la
felicidad del cielo como premio para los que son fieles y cosas sobre el lugar
que él me había reservado desde toda la eternidad en su reino, y también sobre
la importancia de ayudar a salvar el alma de aquella persona con quien pensaba
entregarme al pecado.
A través de la página de
ES POSIBLE EL CAMBIO me animé a volver con Jesús, pero con el paso de los meses
los tormentos de la noche oscura o mis enfermedades mentales se hicieron
insoportables y ya no tenía director espiritual a quien pedir ayuda, por lo
cual me relajé y me volví a distanciar, pero no me entregué a la locura como en
las dos veces anteriores, me he levantado de unas leves caídas y me mantengo
sobrio en cuanto a no dejarme seducir por las tentaciones, pero ya no soy tan
valiente como antes como en mis épocas de gloria, en vano he buscado director
espiritual, tampoco me he esforzado al máximo en esa tarea, y estos últimos
líos me han llenado de tristeza porque no comprendo el verdadero significado de
tantos sufrimientos, aunque espero en el Señor, pues solo a través de él existe
la respuesta y la solución eficaz, no obstante, la única motivación que me
puede levantar el ánimo es la visualización de una SOLUCION DEFINITVA Y LOS
HECHOS PRÁCTICOS.
Se que el Señor nunca me
abandonará y que la obra que el ha hecho y terminará de hacer en mí en algún
momento producirán esos frutos que él y yo tanto hemos deseado.
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A continuación
trascribo algunos de los comentarios del doctor Richard Cohen sobre algunos
puntos de la HISTORIA PERSONAL; tomé las reflexiones del
libro "Comprender y sanar la homosexualidad", escrito por el autor:
Al estudiar la HISTORIA FAMILIAR, un aspecto que destaca es el DESAPEGO GENERACIONAL que existe entre los padres y los hijos del mismo sexo, por ejemplo la distancia entre el padre y los hijos y entre la madre y las hijas. He observado que muchos de mis pacientes varones tenían FIGURAS PATERNAS DÉBILES FRENTE A FIGURAS MATERNAS MUCHO MÁS FUERTES. ESTO HACE QUE EL VARÓN SE IDENTIFIQUE CON MUCHA MÁS FACILIDAD CON LO FEMENINO, CON EL SEXO MÁS FUERTE DEL SISTEMA FAMILIAR.
Mientras describía su historia familiar, un hombre dijo: “Yo quería ser niña, porque mi padre quería a mi hermana más que a mí. Siempre estaba enfadado y era muy crítico conmigo. Además, mi madre era más divertida, decía lo que pensaba y era más cariñosa”. Es importante conseguir que el cliente cuente los PRIMEROS RECUERDOS DE LA INFANCIA porque ése es el TERRENO FÉRTIL EN QUE CRECE LA DESORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. Presta mucha atención a cualquier* lapsus de memoria, puesto que hay mucha información muy útil en esos espacios todavía vacíos. LA PARTE CONSCIENTE DE LA MENTE NO ES CAPAZ DE RETENER AQUELLO CUYO RECUERDO ES DEMASIADO DOLOROSO. Será importante volver a dichos espacios cuando se llegue a la tercera y cuarta fase de la recuperación.
Al estudiar la VIDA SOCIAL del individuo durante la etapa escolar, en la mayor parte de los casos me refieren un SENTIMIENTO DE SER “DISTINTOS”, DE NO ENCAJAR CON LOS OTROS CHICOS, SENTIMIENTOS DE INFERIORIDAD O DE SUPERIORIDAD.
Preguntar por las FANTASÍAS SEXUALES es muy importante. Hay en ellas información muy valiosa, ya que LAS HERIDAS HOMO EMOCIONALES SE ESCONDEN DETRÁS DE FANTASÍAS HOMOSEXUALES. Por lo general hay una progresión en las fantasías. A veces comienzan simplemente mirando a hombres o a mujeres desnudos, y de ahí se pasa a la actividad sexual, primero viendo cómo lo hacen otros, después entrando uno mismo en escena. Por supuesto, las fantasías son distintas en cada individuo, dependiendo de sus necesidades específicas y de la intensidad del desapego de sus padres y de él mismo.
Algunos se sienten ATRAÍDOS POR HOMBRES MAYORES lo que manifiesta la NECESIDAD DE SER CUIDADOS POR ALGUIEN O DE BUSCAR UNA PROTECCIÓN PATERNAL. Algunos hombres y adolescentes se ven ATRAÍDOS POR COMPAÑEROS, BUSCANDO EN OTROS HOMBRES LO QUE SIENTEN QUE LES FALTA A ELLOS MISMOS. A la mayor parte les atraen los hombres musculosos, fuertes y seguros, todas las cualidades que ellos desearían tener. Algunos desean sentirse dominados, poseídos, cuidados o guiados por los hombres a quienes admiran. A otros les gusta los CHICOS JÓVENES O ADOLESCENTES. Esto puede ser signo de varias cosas:
1. Un trauma a esa edad no resuelto;
2. Necesidades no cubiertas en esa etapa del desarrollo;
3. Alguna forma de abuso sufrida a esa edad (a menudo, un recuerdo reprimido o suprimido de abuso sexual).
Es importante darse cuenta de que las FANTASÍAS SEXUALES SON SIEMPRE LA TAPADERA DE NECESIDADES DE AMOR HOMO EMOCIONAL NO CUBIERTAS o el temor a la intimidad con alguien del sexo opuesto. También me he encontrado con que las fantasías sexuales pueden esconder la RABIA CONTENIDA contra uno o ambos padres, RABIA QUE EL NIÑO SE SIENTE INCAPAZ DE EXPRESAR y que DESPUÉS SE MANIFIESTA BAJO LA FORMA DE DESEOS SEXUALES. Y, finalmente, también otros, de forma inconexa con su propia identidad de género, desean ver a hombres heterosexuales teniendo relaciones sexuales con mujeres. De este modo, ENCUENTRAN SU IDENTIDAD PERDIDA EN LOS HOMBRES QUE DESEARÍAN SER. Así pues, hay una gran variedad de fantasías sexuales. Es importante llegar a conocer las de cada caso con el máximo detalle posible para poder comprender las RAZONES PROFUNDAS QUE SE ESCONDEN TRAS EL DESORDEN DE ATRACCIÓN HACIA PERSONAS DEL MISMO SEXO.
Es importante saber ** QUÉ PAPEL HA DESEMPEÑADO LA RELIGIÓN en la vida del paciente y el que representa en la actualidad. Muchos se sienten heridos por las pedradas y flechas persecutorias que les lanzan desde su religión. He oído historias terribles de cómo algunos fueron a pedir ayuda a algún religioso y se les invitó a que abandonaran la congregación, o el grupo. Otros, debido a las actitudes duramente críticas que encontraban en su religión, temían manifestar su problema. En otros casos, SI ESTABAN MUY DISTANCIADOS DE SUS PADRES, ES MUY FÁCIL QUE SE DISTANCIARAN TAMBIÉN DE LAS CREENCIAS RELIGIOSAS DE SUS PADRES. UN COMPORTAMIENTO “A LA CONTRA” ES PARTE INTEGRANTE DE LA HOMOSEXUALIDAD. Un joven paciente me confió: “Elegí conscientemente ser distinto de mi padre. Si a él le gustaba la música country, yo elegía el rock. Si a él le gustaba el blanco, yo elegía el negro. Era el modo de decirle lo antipático que me resultaba”.
Después de revisar la historia familiar, me tomo el tiempo necesario para poner por escrito el análisis de cada relación y de cada área en la vida del paciente. Hago observaciones y opino sobre* el modo en que cada una de ellas ha afectado a su crecimiento y desarrollo. Antes de entregar al paciente la evaluación, le invito a que la escuche y la acepte. Si he cometido algún error o he entendido algo mal, le pido que me corrija. Generalmente, es una experiencia muy buena, ya que él ve desde una nueva perspectiva su sistema familiar y el modo en que le ha afectado.
Una vez que la EVALUACIÓN está completa, paso a las CUATRO ETAPAS DE CURACIÓN, para lo que le doy al paciente el PLAN DE TRATAMIENTO, como un MAPA DE CARRETERAS PARA LA RECUPERACIÓN. Entonces comenzamos nuestro trabajo. Si sufre mucho en la sesión o sesiones iniciales, os ruego que, antes de poneros a reconstruir su historia completa, LE DEIS TIEMPO PARA QUE EXPRESE SUS SENTIMIENTOS Y PENSAMIENTOS. Puede que sea la primera vez que se haya encontrado en un LUGAR SEGURO DONDE LIBERARSE DE SU DOLOR Y DE SU FRUSTRACIÓN. EL ASISTENTE DEBE CREAR UN LUGAR SEGURO, CONFIABLE, EN EL QUE NO SE SIENTA JUZGADO.
Al estudiar la HISTORIA FAMILIAR, un aspecto que destaca es el DESAPEGO GENERACIONAL que existe entre los padres y los hijos del mismo sexo, por ejemplo la distancia entre el padre y los hijos y entre la madre y las hijas. He observado que muchos de mis pacientes varones tenían FIGURAS PATERNAS DÉBILES FRENTE A FIGURAS MATERNAS MUCHO MÁS FUERTES. ESTO HACE QUE EL VARÓN SE IDENTIFIQUE CON MUCHA MÁS FACILIDAD CON LO FEMENINO, CON EL SEXO MÁS FUERTE DEL SISTEMA FAMILIAR.
Mientras describía su historia familiar, un hombre dijo: “Yo quería ser niña, porque mi padre quería a mi hermana más que a mí. Siempre estaba enfadado y era muy crítico conmigo. Además, mi madre era más divertida, decía lo que pensaba y era más cariñosa”. Es importante conseguir que el cliente cuente los PRIMEROS RECUERDOS DE LA INFANCIA porque ése es el TERRENO FÉRTIL EN QUE CRECE LA DESORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. Presta mucha atención a cualquier* lapsus de memoria, puesto que hay mucha información muy útil en esos espacios todavía vacíos. LA PARTE CONSCIENTE DE LA MENTE NO ES CAPAZ DE RETENER AQUELLO CUYO RECUERDO ES DEMASIADO DOLOROSO. Será importante volver a dichos espacios cuando se llegue a la tercera y cuarta fase de la recuperación.
Al estudiar la VIDA SOCIAL del individuo durante la etapa escolar, en la mayor parte de los casos me refieren un SENTIMIENTO DE SER “DISTINTOS”, DE NO ENCAJAR CON LOS OTROS CHICOS, SENTIMIENTOS DE INFERIORIDAD O DE SUPERIORIDAD.
Preguntar por las FANTASÍAS SEXUALES es muy importante. Hay en ellas información muy valiosa, ya que LAS HERIDAS HOMO EMOCIONALES SE ESCONDEN DETRÁS DE FANTASÍAS HOMOSEXUALES. Por lo general hay una progresión en las fantasías. A veces comienzan simplemente mirando a hombres o a mujeres desnudos, y de ahí se pasa a la actividad sexual, primero viendo cómo lo hacen otros, después entrando uno mismo en escena. Por supuesto, las fantasías son distintas en cada individuo, dependiendo de sus necesidades específicas y de la intensidad del desapego de sus padres y de él mismo.
Algunos se sienten ATRAÍDOS POR HOMBRES MAYORES lo que manifiesta la NECESIDAD DE SER CUIDADOS POR ALGUIEN O DE BUSCAR UNA PROTECCIÓN PATERNAL. Algunos hombres y adolescentes se ven ATRAÍDOS POR COMPAÑEROS, BUSCANDO EN OTROS HOMBRES LO QUE SIENTEN QUE LES FALTA A ELLOS MISMOS. A la mayor parte les atraen los hombres musculosos, fuertes y seguros, todas las cualidades que ellos desearían tener. Algunos desean sentirse dominados, poseídos, cuidados o guiados por los hombres a quienes admiran. A otros les gusta los CHICOS JÓVENES O ADOLESCENTES. Esto puede ser signo de varias cosas:
1. Un trauma a esa edad no resuelto;
2. Necesidades no cubiertas en esa etapa del desarrollo;
3. Alguna forma de abuso sufrida a esa edad (a menudo, un recuerdo reprimido o suprimido de abuso sexual).
Es importante darse cuenta de que las FANTASÍAS SEXUALES SON SIEMPRE LA TAPADERA DE NECESIDADES DE AMOR HOMO EMOCIONAL NO CUBIERTAS o el temor a la intimidad con alguien del sexo opuesto. También me he encontrado con que las fantasías sexuales pueden esconder la RABIA CONTENIDA contra uno o ambos padres, RABIA QUE EL NIÑO SE SIENTE INCAPAZ DE EXPRESAR y que DESPUÉS SE MANIFIESTA BAJO LA FORMA DE DESEOS SEXUALES. Y, finalmente, también otros, de forma inconexa con su propia identidad de género, desean ver a hombres heterosexuales teniendo relaciones sexuales con mujeres. De este modo, ENCUENTRAN SU IDENTIDAD PERDIDA EN LOS HOMBRES QUE DESEARÍAN SER. Así pues, hay una gran variedad de fantasías sexuales. Es importante llegar a conocer las de cada caso con el máximo detalle posible para poder comprender las RAZONES PROFUNDAS QUE SE ESCONDEN TRAS EL DESORDEN DE ATRACCIÓN HACIA PERSONAS DEL MISMO SEXO.
Es importante saber ** QUÉ PAPEL HA DESEMPEÑADO LA RELIGIÓN en la vida del paciente y el que representa en la actualidad. Muchos se sienten heridos por las pedradas y flechas persecutorias que les lanzan desde su religión. He oído historias terribles de cómo algunos fueron a pedir ayuda a algún religioso y se les invitó a que abandonaran la congregación, o el grupo. Otros, debido a las actitudes duramente críticas que encontraban en su religión, temían manifestar su problema. En otros casos, SI ESTABAN MUY DISTANCIADOS DE SUS PADRES, ES MUY FÁCIL QUE SE DISTANCIARAN TAMBIÉN DE LAS CREENCIAS RELIGIOSAS DE SUS PADRES. UN COMPORTAMIENTO “A LA CONTRA” ES PARTE INTEGRANTE DE LA HOMOSEXUALIDAD. Un joven paciente me confió: “Elegí conscientemente ser distinto de mi padre. Si a él le gustaba la música country, yo elegía el rock. Si a él le gustaba el blanco, yo elegía el negro. Era el modo de decirle lo antipático que me resultaba”.
Después de revisar la historia familiar, me tomo el tiempo necesario para poner por escrito el análisis de cada relación y de cada área en la vida del paciente. Hago observaciones y opino sobre* el modo en que cada una de ellas ha afectado a su crecimiento y desarrollo. Antes de entregar al paciente la evaluación, le invito a que la escuche y la acepte. Si he cometido algún error o he entendido algo mal, le pido que me corrija. Generalmente, es una experiencia muy buena, ya que él ve desde una nueva perspectiva su sistema familiar y el modo en que le ha afectado.
Una vez que la EVALUACIÓN está completa, paso a las CUATRO ETAPAS DE CURACIÓN, para lo que le doy al paciente el PLAN DE TRATAMIENTO, como un MAPA DE CARRETERAS PARA LA RECUPERACIÓN. Entonces comenzamos nuestro trabajo. Si sufre mucho en la sesión o sesiones iniciales, os ruego que, antes de poneros a reconstruir su historia completa, LE DEIS TIEMPO PARA QUE EXPRESE SUS SENTIMIENTOS Y PENSAMIENTOS. Puede que sea la primera vez que se haya encontrado en un LUGAR SEGURO DONDE LIBERARSE DE SU DOLOR Y DE SU FRUSTRACIÓN. EL ASISTENTE DEBE CREAR UN LUGAR SEGURO, CONFIABLE, EN EL QUE NO SE SIENTA JUZGADO.
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