La última aventura sexual de mi vida




Este extracto de mi viejo diario trata sobre mi última experiencia homosexual, básicamente las cuestiones psicológicas porque del plano físico no hay datos relevantes que valga la pena resaltar, ni tampoco buenos recuerdos en ese sentido.

En verdad que cumplí todos los propósitos que escribí este día, y lo he hecho al pie de la letra, así que aquella experiencia sexual fue el último acto de esa naturaleza que haya realizado en mi vida, jamás volveré a  intentar una relación sexual.

Los motivos de mi renuncia total al sexo compartido son muy básicos:
- Cuestiones de salud
- Obsesión del VIH
- Desagrado por la actividad sexual desde un punto de vista antropológico
- Necesidad de evolucionar
- Desconfianza hacia los demás
- Sentido de integridad personal
- Reducción de la líbido

El motivo realmente poderoso es el terror que me causa el VIH, y en general, todas las enfermedades venéreas... tuve papiloma, así que sé lo desagradable que resulta todo eso... y ya ven, el condón no te protege del papiloma u otro de los agentes patógenos ajenos a los fluidos corporales.

Si no existieran las ETS, no creo que lo intentara, porque precisamente la actividad sexual viola drásticamente mis ideales y la consecución de mis metas de naturaleza suprema, en lo referente al homo superior.  He soñado con una humanidad libre de animalidad instintiva, en donde el hombre no sea presa de sus instintos primitivos obsoletos, por eso es imprescindible implementar esa evolución desde mi vida.




Sábado, 01 de diciembre de 2007


Durante las últimas semanas he logrado un mejor manejo de la obsesividad, conseguí reducir un gran número de pensamientos intrusivos, pero la obsesión de la higiene, el VIH y el lavado continúa siendo mi mayor tormento. Estoy siguiendo los parámetros prácticos para lidiar con obsesiones y compulsiones, confieso que ésta se está convirtiendo en la batalla más grande que alguna vez he dado en la vida, es más sencillo luchar con los problemas de la vida diaria que enfrentarse a la propia mente. 

Mi TOC posee un componente cognitivo que excede a todos las demás estructuras que integran el trastorno, es por ello que el frente de lucha está totalmente orientado por ahora hacia el uso de la terapia cognitiva.


Siento que mi vida cambiará drásticamente cuando consiga la libertad mental que la solución del TOC conlleva, a veces me percibo como atado a muchas cadenas y siento un desesperado deseo de escapar, una vez usé la técnica focusing para sentir la vida que quiero, una vida libre de obsesiones y ajena a la compulsividad. Desde aquel día no he tenido un deseo mayor que el de conseguir ese estado ideal. Necesito desarrollar mi inteligencia al máximo, necesito que cese la interferencia de este problema en mis procesos psicosociales y necesito dejar de sentir miedo y ansiedad crónica.


Mi vida no ha cambiado mucho, mis planes de desarrollo y éxito personal están estancados y han pasado muchas cosas que me han decepcionado, en este momento me siento optimista, pero me cuesta mucho sobreponerme a las adversidades, he pedido ayuda a Dios y espero que me responda pronto, esta noche oscura de mi vida parece no tener fin, pero tengo esperanza porque estoy viendo el diminuto clarear del nuevo día, sin embargo la larga espera es angustiosa y desesperante. ¡Quiero ser libre, no quiero esperar más!

A pesar de todo, me siento orgulloso de mi mismo, de mis talentos, de la experiencia adquirida, del amplio conocimiento, de mi vasta cultura, de las virtudes y sentimientos de amor genuino que adornan mi alma. Tengo muchas debilidades y defectos, pero tengo la certeza de que me podré superar y ser cada día un hombre mejor. Quiero conocer la amistad que requerí en el pasado y que necesito en el presente, quiero ver el triunfo y quiero sentirme plenamente realizado. No voy a descansar hasta conseguir estos objetivos inmediatos.


Tuve una caída en actividades homosexuales, fue de estatus moderado, el nivel de riesgo por contagio de VIH fue menos grave que las veces anteriores, pero preocupante de todas maneras, así que mis obsesiones sobre el SIDA se han disparado de nuevo y ahora me veo en la necesidad de reprogramar los próximos exámenes de sangre. La cuestión del condón como protección poco segura ante ese virus mortal me detuvo por mucho tiempo, pero no pude reencauzar y racionalizar el deseo sexual basado en ese argumento, mi caída fue propiciada por la depresión y por el encuentro casual con un varón misterioso y físicamente ideal, razón que inválido la lógica de mis principios defensivos, lo que facilitó acceder con simplicidad a la tentación, fue algo así como un intento de hacer algo arriesgado y novedoso que me sacara del aburrimiento existencial de aquel instante. 

En esta ocasión llegué a sentir un poco de agrado por el contacto físico, pero el sentimiento de incomodidad fue persistente, así como la profunda frustración que tales actividades traen una vez se concluyen, pues en el fondo a pesar de la clandestinidad y anonimato, uno busca una conexión de amistad, una conexión emocional de verdad.

Este encuentro con aquel chico tuvo muchas implicaciones emocionales en mi vida, pues por primera vez caí en un estado de fascinación elevada hacia otro hombre, en esa típica descripción de enamoramiento gay, pero no me encuentro del todo seguro de ese hecho, de cualquier forma si eso fue así, no importa. Pero las cosas no dieron los resultados que yo quería, y la respuesta negativa de aquel muchacho a mi deseo de construir un vínculo sólido me produjo una profunda decepción y me otorgó gran claridad respecto al estilo de vida gay desconocido para mí en la práctica.


Esta experiencia me enseñó que es inútil buscar lo que quiero en los hombres gay y bisexuales, me hizo entender la inutilidad del contacto sexual, me permitió probar de manera efectiva que los actos homosexuales cortocircuitan la formación de vínculos de verdadera amistad masculina. 

También me percaté de que ante las tentaciones más irresistibles la lógica no es la mejor herramienta de lucha, uno tiende a volverse torpe en el momento y hace oído sordo a todos los esquemas mentales que actúan como armas defensivas; pienso que la mejor solución es evitar la ocasión, apartarse de los ambientes y las circunstancias que favorezcan la tentación, incluso si representan una pequeña ocasión de peligro, pues muy cierto es el dicho que dice: “es peligroso jugar con fuego y el que rabo de paja tiene mejor no se acerque a la candela”. Tuve la desgracia de entrar a una sala de charla gay, como supuesto remedio al aburrimiento y con el superfluo propósito de simplemente observar.

Pienso que es fundamental cultivar la fuerza de voluntad, pero esto no se consigue a menos que uno se sienta lo suficientemente motivado para luchar y pueda apreciar el sentido apoyo de los demás, en especial de las personas más significativas de nuestra vida.


En este momento estoy tranquilo respecto a esa caída, le envié al muchacho toda la información más útil sobre terapia reparativa de la AMS con la esperanza de que la sepa aprovechar en este momento o algún día cuando ya esté listo para iniciar el cambio; esa ha sido una forma de indemnización por los males causados, pues considero que debo alejarme de él por completo y romper todo trato personal, además existen aires de reciprocidad en ese sentido lo que hace que la culpa moral sea percibida con menos intensidad.

Me recuperé rápidamente de esta caída al percibir el horror de la vida gay, al evaluar mis acciones y al contemplar mis ideales y propósitos, ví con claridad la inutilidad de esas búsquedas de contactos efímeros y amistades inadecuadas, ahora si he comprendido verdaderamente que desviarme por esa vía de vez en cuando es una opción poco inteligente, pues nada de eso resuelve el problema de fondo, no trae paz ni alivia el dolor arraigado en la profundidad del corazón. 

Necesito ser honesto conmigo mismo, hacer las cosas bien, salir de los problemas e intentar no desesperarme. 

Quiero tener amigos que me quieran de verdad y me acepten tal y como soy, hombres y mujeres que me permitan ganar la seguridad en mi propia masculinidad, congéneres que me apoyen y ayuden en la consecución de todos mis objetivos.

Quiero recuperar mi juventud, quiero saber que se siente al estar rodeado de amigos adolescentes, necesito completar mis procesos de desarrollo psicológico, quiero salir de mi vida gris y quiero sanar a ese chico adolescente que ansía vivir y conocer los aspectos más bellos de la edad juvenil temprana. 

No es cosa de querer vivir anclado en el pasado, es cuestión de liberarme de los antiguos pesos y de conocer un mundo que desde aquel entonces sólo he visto desde lejos. Si quiero completar lo inconcluso y salir hacia la libertad emocional debo interactuar con lo temido y añorado, debo forma parte de ese mundo aunque sea de manera temporal, pues yo pertenezco a otra época y tengo otro tipo de roles, sin embargo la vida es un océano de posibilidades y nadie merece ser encajado en un único esquema y modelo social.

Retomaré el trabajo de las fichas tan pronto como haya adquirido un mejor dominio de la psicoterapia cognitiva y un control mayor de las obsesiones.


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