Relaciones de pareja y heteronormatividad



Mencionó mi deseo de afirmar mi asexualidad, aunque desconocía a fondo el significado de ese término en aquellos tiempos, y escribo mis impresiones inmediatas sobre las pruebas de VIH.


Miércoles, 22 de mayo de 2008


La semana pasada estuve un poco indispuesto a causa de déficit de sueño, así que no cumplí con la rutina que elaboré en la ficha anterior para fortalecer la autodisciplina, tampoco avancé en la búsqueda de amigos ni me contacté con los prospectos. Avancé algo en los planes financieros y en alternativas de solución a los problemas externos más inquietantes, estoy esperando algunas respuestas. Celebré mi cumpleaños al lado de mi familia que festejó mi aniversario de vida con un pequeño compartir.



Estuve cavilando un poco sobre el tema de las relaciones de pareja, ya que he observado que los hombres sin novia, que tienden a ser solitarios y cerrados en cuestiones femeninas, reciben el calificativo de "gay", y aunque no me preocupa lo que los demás piensen de mí en este tema, siento que tampoco me gusta que hagan comentarios al respecto, y mucho menos a mis espaldas.

Sé que es una cuestión irrelevante desde el ámbito de la autoestima, pero tiene cierta importancia si se observan los esquemas culturales y modelos sociales imperantes. Aparentemente mucha gente espera que "todos" los miembros de la sociedad jueguen bajo las mismas reglas, tengan los mismos esquemas de conducta y sigan el mismo itinerario de vida.

En mi caso particular, no soy partidario de las relaciones de pareja, de los romances y demás, porque no se acoplan a mis ideales y proyectos. No deseo entregarle mi tiempo y mis energías a una sola persona, me gusta servirle a la humanidad, pertenecerle a todos, sin compromisos que restrinjan mi libertad para actuar y decidir autónomamente; no quiero ser una persona convencional que sigue la misma ruta de vida de todo el mundo, encuentro inconexo y sin sentido transcendental al simple hecho de "nacer, crecer, reproducirse y morir".

Soy un ser inteligente que desea ayudar a cambiar el mundo, quiero marcar un hito en la historia y contribuir en algo grande, y aunque respeto y apoyo la institución familiar y la naturalidad, no quiero sentirme obligado a actuar en contra de mis aspiraciones por complacer a otros, tampoco deseo ajustar mi vida en base a todos esos modelos tradicionales.


Sé que mi actitud también tiene que ver con barreras afectivas que surgieron en mi infancia y con los ideales de celibato que cultivé en la adolescencia. No tengo un buen concepto de las relaciones románticas porque mi trato con las mujeres ha sido conflictivo, no las percibo como un complemento; no necesito hacerme pareja de alguna para ser feliz, vivir bien, realizarme y alcanzar todos mis objetivos. No necesito tener una novia o esposa para sentirme amado, el cariño de mi familia y el de los amigos verdaderos son más que suficientes.

A pesar de todo, deseo descubrir su mi situación es causada en su totalidad por las heridas heteroemocionales, pues yo no estoy cerrado al amor o a la intimidad emocional, puedo confiar en las personas y brindarles lo mejor de mí, incluso no me importa "dar mucho y recibir poco". Es cierto que yo nunca he vivido una experiencia romántica, jamás he tenido ese tipo de sentimientos hacia mujeres u hombres, a veces sospecho que nunca los tendré, ¿y en verdad ese tipo de emociones son algún requisito de vida obligatorio en la búsqueda de la felicidad?


En la primera semana de junio me practicaré el segundo examen de VIH, solicitaré la prueba "IFA" o la "Western blot", decidí esperar por consejo médico los seis meses del "periodo de ventana", tiempo transcurrido desde que cometí la última estupidez homosexual; la última prueba que me practiqué (prueba ELISA) y que dio NEGATIVO fue en julio del año pasado, pero debido a que cometí la locura en noviembre no pude tomar el segundo examen programado para enero de este año.

Este tema del SIDA es muy delicado y es algo a lo que no puedo restarle importancia y en lo que necesito seguridad absoluta, lamento no poder supervisar la prueba ni contar con la tecnología para realizar el análisis por mí mismo, me cuesta creer en las valoraciones de otros cuando se trata de asuntos vitales de suma importancia, y puesto que no tengo más alternativas, tendré que aceptar la fiabilidad de los resultados planeando una tercera y última prueba para el mes de enero de 2009.

Pese a que no tuve contacto sexual significativo en los encuentros, si tuve cierta exposición a las fuentes de los fluidos corporales infecciosos..., la primera vez estaba convencido de la seguridad del condón, pero luego descubrí que el mito del "sexo seguro" era sólo una patraña comercial infame en la que ha caído la mayor parte de nuestra sociedad ignorante que se confía en cualquier cosa que le dicen o presentan como "octava maravilla".

Ese descubrimiento me volvió un poco hipocondriaco dado mi carácter obsesivo y también generó la obsesión del lavado y la vigilancia milimétrica de mis fluidos corporales posiblemente infecciosos, debido a la inseguridad en cuanto a desconocer con exactitud la presencia o no de ese mortal virus en mi cuerpo. 

También me hizo perder todo interés en las relaciones sexuales con ambos géneros, y me volví muy cuidadoso al tener contacto con fluidos corporales de otras personas. 

Pienso que nadie se montaría en un avión si le dijeran que el riesgo de estrellarse es del 5%, sé que alguien sensato sólo viaja si le ofrecen seguridad del 100%, pero lamentablemente pasa lo contrario con la situación de los condones, pues mucha gente prefiere tomar ese riesgo de falla del propiláctico del 30% sin importarle lo que suceda a sabiendas de las posibles y terribles consecuencias que la decisión de usar ese método de protección inseguro ante el VIH acarrea.


Esa obsesión tan molesta sólo terminará si los resultados dan negativo en las pruebas restantes, pero si pasa lo contrario, creo que será una noticia devastadora cuyo efecto no logro calcular en este momento. Cuando recibí la hoja de resultados de la primera prueba me temblaron mucho las piernas antes de abrirla, y no hay duda que sentiré lo mismo dentro de aproximadamente 15 días, pero a pesar de todo prefiero ser optimista, y pase lo que pase siempre buscaré sobrevivir y seguir adelante.


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